El Parkinson se trata con fármacos orales, con bombas que liberan los medicamentos en el estómago o debajo de la piel y también con cirugía. Hasta ahora, los pacientes que necesitan esta última opción, la quirúrgica, son derivados a los hospitales Virgen de las Nieves, de Granada, y Virgen del Rocío, de Sevilla. Pero por poco tiempo más. A partir de septiembre, el área de Neurología del Carlos Haya incorporará la cirugía para tratar la enfermedad. No son muchos casos; no llegan ni a una veintena al año, pero ya no tendrán que desplazarse a otras provincias.

La operación consiste en colocar un electrodo -que es fino como un pelo- en las estructuras cerebrales implicadas en el Parkinson. Este dispositivo va unido a unas baterías que se ponen debajo de la piel a la altura del pecho. La función del electrodo es estimular las neuronas para que funcionen como es debido y se detenga el temblor característico del Parkinson. Hasta ahora, la cirugía para esta enfermedad estaba incluida en la cartera de servicios del Carlos Haya, solo que a la hora de operar, la intervención se hacía en otro centro del Servicio Andaluz de Salud. Después del verano, los enfermos que tengan que someterse a esta operación se ahorrarán el desplazamiento a Granada o Sevilla. La cirugía solo se reserva para aquellos casos en los que el temblor persiste pese a la medicación.

Hace apenas un par de semanas, con motivo del Día Mundial contra el Parkinson, la Sociedad Andaluza de Neurología reivindicó la creación de unidades de cirugía para la patología a fin reducir las listas de espera que llegan hasta los seis meses.