Elecciones

El rostro de los 'indignados'

  • Jóvenes y unidos por el descontento hacia la actual gestión política y económica es el perfil de los participantes en la acampada que se mantendrá en la Plaza de la Constitución de manera indefinida

¿Quiénes son los que se concentran en la Plaza de la Constitución reclamando -como miles de personas en el resto de España- una democracia más participativa, un cambio en la política y en la gestión económica? La mayoría son jóvenes movidos por el descontento. Estas son solo cuatro historias.     Marcos Rodrigo tiene 20 años, es malagueño, vive con sus padres y estudia primero de Administración y Dirección de Empresas en la Universidad de Málaga. Ha trabajado en un bar de Inglaterra "de lo que hiciera falta" y también, en un negocio familiar. "Ahora solo dispongo de lo que pueden darme mis padres", reconoce. Es militante socialista y dice que el domingo votará al PSOE. Se ha sumado a la acampada de la Plaza de la Constitución para exigir una democracia más participativa: "Mi ideología se acerca a una izquierda moderada y la voto, pero exijo que luego cuenten conmigo". No participa en movimientos estudiantiles ni sindicales, aunque es delegado de curso en la Universidad y miembro de una comisión que hace de enlace entre el profesorado y los alumnos. Dice que su futuro no lo ve "tan mal" porque está haciendo una carrera con bastante salida laboral, pero teme por el resto de los jóvenes. Durante las próximas vacaciones tiene pensado trabajar en un bar.

Carlos Preil también tiene 20 años y es de Rincón de la Victoria. Va un poco retrasado con los estudios; está en segundo de Bachillerato. El domingo votará por primera vez. Lo tiene claro, pero se lo reserva. No milita en ningún partido ni en ninguna organización. Ha trabajado en el negocio familiar, de telefonista en España con condiciones precarias y en Londres, en un hotel. Allí, en poco tiempo y a pesar de ser muy joven llegó a ser encargado. De hecho, apenas acabe el curso se va a Inglaterra. Ya tiene contrato indefinido a partir del 16 de junio. "Aquí con 20 años no puedes conseguir un trabajo digno", sostiene. No se plantea hacer la Selectividad. Opta por un curso de auxiliar de vuelo. Dice que se ha sumado a la acampada "para reivindicar los derechos que tenemos".

Otro de los indignados es Roberto, a secas. No quiere dar su apellido. Tiene 25 años, es abogado, de León y de familia zapaterista. Hasta ahora siempre ha votado al PSOE, pero ahora se plantea no votar por partidos mayoritarios porque "son víctimas de los poderes económicos". Ha trabajado repartiendo publicidad, haciendo inventarios, descargando camiones, de teleoperador y haciendo hamburguesas en Francia. Ha tenido contratos de un día y ha sufrido el viejo truco de que la empresa le deje un tiempo sin empleo para no hacerlo indefinido. Ahora hace los primeros pinitos en su profesión, pero aún los ingresos no le alcanzan y ha pedido un préstamo de renta universitaria.

"Casi claro" tiene su voto Alejandra Cabello, de 18 años, granadina y estudiante de Periodismo en la UMA. No milita en ninguna organización, aunque se ha manifestado contra el plan Bolonia y repudia el bipartidismo. Vive en una residencia universitaria y por ahora depende de sus padres. Nunca ha votado, se estrenará el domingo. Dice que se ha sumado a la plaza porque "hay que cambiar un poco la sociedad para romper tanto bipartidismo y que haya una democracia real. Su futuro lo ve "regular" y peor aún por la carrera que ha escogido.

Ayer, el número de participantes en la acampada varió a lo largo del día. A media tarde había unos 40, aunque sobre las 20:00 celebraron una asamblea y rozaron los 300.  La Subdelegación del Gobierno no ha admitido una primera petición de concentración porque no fue solicitada con suficiente antelación y remitió a la Junta Electoral Provincial una segunda solicitud que hasta anoche no había sido resuelta. En otras provincias ya han sido denegadas.

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