Enterrado el escrutinio de las papeletas depositadas el pasado 24 de mayo, el ejercicio del cambalache regresa con fuerza. Y en escenarios, en algunos casos, de un peso más que considerable. Ciudadanos, partido que en los comicios pasados obtuvo únicamente tres de los 31 concejales elegibles en Málaga capital, ha ofrecido al PSOE la posibilidad de arrebatar la Alcaldía al Partido Popular a cambio de favorecer el nombramiento de su cabeza de cartel, Juan Cassá, como nuevo regidor.  La propuesta fue expresada por "un interlocutor válido" de la organización al secretario de Política Institucional del PSOE-A, Francisco Conejo, en un contacto "informal" en la tarde del pasado lunes.

El mismo tuvo lugar horas después de que esa misma mañana Ciudadanos realizase un ofrecimiento parecido al presidente del PP en Málaga, Elías Bendodo. Según informó ayer El Mundo, la finalidad, al menos en el caso de los populares, no sería otra que la de pedir el apoyo necesario para que Cassá estuviese al frente del gobierno de la capital a cambio de que Ciudadanos facilitase al PP sus votos para disponer de la mayoría absoluta en Diputación y en varios ayuntamientos, caso de Mijas, Rincón de la Victoria y Torremolinos.

En el contacto mantenido con los socialistas, según fuentes próximas a esta formación, la representación del partido dirigido a nivel nacional por Albert Rivera incidió en una posibilidad que, para ser completamente viable, habría de contar con el favor también de los cuatro concejales de Málaga Ahora (agrupación apoyada por Podemos). Estas tres formaciones suman los 16 concejales necesarios para garantizar la elección por mayoría absoluta del alcalde.

Ante este ofrecimiento, la reacción de los dirigentes socialistas, según las fuentes, fue sólo la de "escuchar", al tratarse de una primera toma de contacto. No obstante, las fuentes fueron claras respecto a que el planteamiento en este asunto pasa por actuar "de forma sensata". No trascendió si Ciudadanos incluyó en esta operación por la capital de la Costa de Sol su apoyo al PSOE en algunas otras plazas electorales. Acerca de esta cuestión, la posición del Partido Socialista es la de estudiar "caso por caso" las necesidades de acuerdo en aquellas localidades en las que sean factibles alianzas para hacerse con el poder.

Los mensajes oficiales que trascienden desde el PSOE apuntan en la misma dirección, destacando el compromiso por sentarse con todos los partidos para conocer las opciones reales. En estos términos se ha venido expresando hasta la fecha la cabeza de cartel socialista en la capital, María Gámez. Por su parte, Ysabel Torralbo, de Málaga Ahora, igualmente clave en un posible acuerdo contra el PP, no parece hacer ascos a esta fórmula, subrayando la necesidad de que cualquier iniciativa sirva para "cambiar las políticas y cambiar el Ayuntamiento". En este punto, incidió en que están dispuestos a actuar siempre que se acuerden "unas bases mínimas".

El devenir de los acontecimientos ocurridos ayer en Málaga parece eliminar la posibilidad real de que Cassá pueda cerrar un acuerdo con el PP por el Ayuntamiento de la capital. De la Torre fue claro al asegurar ayer que la Alcaldía es "irrenunciable". Una afirmación con la que cierra cualquier posibilidad de intercambio de piezas electorales. "Los malagueños han votado diciendo que quieren que sea alcalde Paco de la Torre", afirmó, recordando en que a pesar de que ha perdido del orden de 40.000 votos en los pasados comicios, siguen siendo 60.000 los que han apostado por el PP. Incluso, señaló que aceptar la propuesta de Cassá sería lo mismo que el PP se pusiera "al servicio" de sus "aspiraciones personales".

De todo lo ocurrido, trasciende, además, un doble juego en el seno del PP. Ya que mientras De la Torre trataba sin éxito en hasta dos ocasiones contactar con el líder de Ciudadanos, Juan Cassá; Bendodo sí tuvo la oportunidad de conversar con éste. "No ha respondido a mis llamadas; han sido dos, entiendo que son problemas de agenda y espero que devuelva la llamada", dijo ayer el regidor.

Por la tarde, Ciudadanos remitió un comunicado con las condiciones generales ante votaciones de investidura en municipios. La primera de ellas es la de "no formar parte de equipos de gobierno que no presida". Una tesis que vendría a avalar las tesis de Cassá en la capital.