La planificación del Málaga marcha a un ritmo vertiginoso. Mario Husillos, el director deportivo, regresó ayer a la ciudad después de un largo viaje de más de una semana que le ha llevado por varios continentes y ligas y, sobre todo, le ha dejado muchos nombres en el bolsillo. De hecho, no se descarta que en los próximos días pueda marcharse otra vez a seguir emprendiendo negociaciones, más ahora que la permanencia está casi en el bolsillo. Uno de los futbolistas que más horas de trabajo le ha consumido es Amrabat. Hace ya tiempo que se decidió que era una de las prioridades y como tal se lleva trabajando en las últimas semanas. La situación ahora es mucho más positiva que hace semanas, si bien todo queda condicionado a la última palabra del jugador, quien decidirá cuál es su futuro.

Las conversaciones in situ en Estambul le valieron al Málaga para lograr el gran objetivo que se había trazado desde el primer desplazamiento a Turquía: estar en la pole a la hora de albergar el futuro de Amrabat en caso de tener que salir del Galatasaray. Eso ya lo tiene. Sin firmar papeles, se trata de un pacto personal con los regentes del club otomano, con los cuales se han establecido unas relaciones excelentes. Más allá de cualquier principio de acuerdo, lo que sucede es que el Málaga ya sabe que hay mínimas posibilidades de que Amrabat tenga sitio en la plantilla de Roberto Mancini el año próximo. Se valora de manera notable su gran papel en Martiricos, pero la normativa sobre los extranjeros en la SüperLig está muy exigente. Si este año limita a diez extranjeros en plantilla y seis en el campo su presencia (al no ser país de la Unión Europea tampoco existe la figura del comunitario), se prevé que la próxima campaña baje, respectivamente, a ocho y cinco. En ese contexto, lo tiene crudo el holandés. Así se lo harán saber más adelante al futbolista, así como la buena disposición del Galatasaray a ampliar la cesión del jugador en Málaga o incluso negociar un traspaso. Es decir, que el Galata ayudará a los blanquiazules a convencerle de que siga aquí, pero no le impondrá nada al extremo, quien tendrá que decidir por sí mismo si quiere prorrogar su estancia. Los dirigentes del Málaga son conscientes de que la intención de Amrabat con su cesión era ganarse un hueco para volver a contar para Mancini en la temporada 14/15, pero también llevan hablando con él varias semanas para convencerle de que continúe aquí. Si da el sí, no habrá problemas para que turcos y malagueños cierren el acuerdo.

Con la mirada puesta en cerrar nuevos fichajes, entre los que está el lateral Rosales, ya atado para los próximos cuatro años, queda abierto el capítulo de renovaciones. Se espera anunciar la continuidad de Camacho hasta junio de 2019 cuando se consiga el triunfo que aseguraría la continuidad en Primera División otro año.

En cuanto a Eliseu, el caso es distinto: es él quien tiene que dar el visto bueno a la última propuesta del club. No es la oferta golosa que él esperaba, pero el club no olvida que este año apenas se ha parecido al que descolló en Liga de Campeones y acabó como máximo goleador blanquiazul. Si el luso reconoce ese nuevo marco, también se anunciaría de forma inminente su ampliación de contrato.