Málaga C.F.

Manotazo al 'jet lag'

  • El Málaga se estrena pasando por encima de un débil Adelaide United. Lucieron el doblete de Juanmi y el desparpajo de Samu Castillejo

 Los partidos de pretemporada dejan un examen dual. El entrenador se obsesiona con cada ajuste táctico, con ver que lo ensayado en el verano se va extrapolando al verde. El aficionado se aleja de razonamientos profundos, quiere saber por qué su club desembolsó un buen dinero por un joven, qué son capaces de hacer los canteranos y conceder la última oportunidad a algún miembro de la plantilla que otros años no ha cuajado. Sólo el más forofo empieza a establecer conclusiones. No hay lugar para ello en el primer bolo estival, más aún cuando el nivel que ofrece el adversario, como el Adelaide United, refleja tanta distancia con el de Primera División como kilómetros hay entre España y Australia. Pero eso no quita para que haya diversión. De los jugadores del Málaga y de sus aficionados. A nadie le amarga una goleada, aunque no valga más que para un ego efímero. El equipo de Javi Gracia, en su primer ensayo, gustó. Por hacer cinco goles, por su declaración de intenciones y por un buen ramillete de detalles destacados. Se agradece después de varios días hablando de jet lag, recepciones oficiales y casi tantos balones ovalados como esféricos.

El 1-5 refleja a la perfección el abismo de calidad entre australianos y malagueños. Ellos tampoco andan finos físicamente, así que menos tuvo que exigirse el Málaga y alivio para Javi Gracia, que esquivó las lesiones en el primero de los dos amistosos en las antípodas. Hicieron por gustar los locales, que vivieron el choque como una fiesta y se mostraron animosos en cada ataque. Pero la piñata la destrozaron entre los dos equipos que dispuso el técnico navarro en cada parte. Samu Castillejo y Juanmi, aroma malagueño, fueron los más destacados en cada una de las mangas. Un Málaga de Málaga, el pensamiento excita al blanquiazul, que desea ese mismo protagonismo durante todo el año.

 

Quien no lo haya visto antes se sorprendería del desparpajo de Samu Castillejo. Así es él, ve el fútbol de otra manera. Los técnicos trabajan con él para aplacarle, para saber que cada jugada no puede conllevar un regate o un pase definitivo. Pero eso lo que emana de sus botas. Quedó claro en uno, dos, tres y enésimos intentos de arrancadas, quiebros, buenos controles e incursiones verticales que completó en 45 minutos. Nadie lo hubiese esperado cuando a los 7 minutos marró casi a puerta vacía un robo de Duda al portero Galekovic, que más que controlar el esférico en el área pequeña se puso a vendimiar. Su mérito fue no apocarse; al contrario, transformó la rabia en vitalidad para dinamizar las numerosas aproximaciones blanquiazules. Su acrobático remate de volea a los 18 minutos fue el germen del mal desvío de Malik, que se llevó el triste honor de abrir el marcador, aunque en la portería equivocada. Era ya el cuarto remate blanquiazul en apenas un rato. 

 

Al rebufo del canterano rubio intentó ir Horta, que en su primera comparecencia intentó dibujar trazos de verticalidad similares, pero de manera mucho más tímida. Poco antes del 0-1 le puso fe para arrancar una contra que él mismo habría convertido en gol de no ser por su falta de aplomo en el tiro. Con paciencia y aplicación por su parte, irá apareciendo ese chico eléctrico que dejó prendado a Husillos. Curiosamente, Samu Castillejo y Horta fueron los elementos discordantes de un primer once que Javi Gracia vistió desde el mismo armario que el año pasado, con la salvedad obligada de Kameni por Caballero. Ambos se valieron de la guía de Santa Cruz, que es quien abre los semáforos en el ataque. Para él no pareció un amistoso de verano, sino la jornada 39. Siempre es un gustazo disfrutar de sus movimientos de sabio. Otro viejo lobo, Duda, se dio cuenta pronto de la bisoñez del adversario para tirar de oficio en la mediapunta, ese sitio donde parece haber plantado bandera y no quiere que nadie se la expropie. 

 

Quizá tanta presencia de caras conocidas permitió a Gracia observar algunos de los automatismos pretendidos. Con alguna lógica laguna de intensidad a medida que avanzó el crono, la puesta en escena conectó con lo explicado por el ex de Osasuna en su presentación: laterales largos, defensa adelantada, presión desde muy arriba y aglomeración de jugadores en la segunda línea para llegar con más hombres al ataque. El fútbol moderno es así, está por ver si el Málaga sabrá mantener esa intención. 

La gran diferencia que aportaron los hombres elegidos tras el descanso (sólo repitió Weligton) fue la puntería y la belleza en la definición. La tuvieron los cuatro goles que llegarían. Si el equipo del primer tiempo necesitó marrar tres tiros para estrenarse, el que le relevó marcó en sus dos primeros disparos. Pablo Pérez elevó el listón con una gran volea de esas que gusta enganchar sin que bote el esférico. Entró con la misma energía con que sigue empleándose el argentino, que ni en este partido de guante blanco se libró de irse a las duchas sin amonestar. Es turno de reivindicarse. La poca resistencia del Adelaide United le permitió parecerse a su versión más canchera, la que llamó la atención de la dirección deportiva. Pero sus exámenes reales están en listones más osados. 

 

Si la potencia ornamentó el tanto de Pablo Pérez, la clase fue la que adornó el de Luis Alberto. En una falta casi desde el vértice del área trazó una parábola imposible para el amargado Galekovic y multiplicó las opciones del equipo en el golpeo a balón parado para esta temporada. Luego poco más se vio del gaditano. Seis minutos después, Djite, aprovechando un agujero que se vio más de una vez en la transición ataque-defensa, cabalgó para amargar el estreno de Cousillas. Difícil de parar, tan ajustado al poste que hasta tocó antes de entrar. Luego hubo buenos detalles del meta argentino. 

 

Pero el gol del honor, tan celebrado en la grada, donde más de 23.000 espectadores dejaron claro el día lúdico que era para la ciudad la visita del Málaga, no hizo sino hacer sonar las tripas de Juanmi, que redondeó la goleada en 21 minutos. Las asistencias que tuvo el de Coín para hacer el gol se llevaron el protagonismo de lo estético; el verdadero mérito del canterano, lo que tan escandalosamente bien hace, es encontrar ese recoveco en el área imposible para los retrovisores de los zagueros y que él ocupa con pasmosa naturalidad. El cuarto vino precedido por dos exquisitos pases con el exterior del pie, primero Rosales para abrirle una autopista a Pablo Pérez, luego de éste para sacar a Juanmi de un callejón sin salida. En el quinto, culminó una genialidad de Juanpi Añor. Del venezolano siempre hay que esperar algo, aunque muchos minutos sin participar. Intenta lo diferente con esa zurdita de envase pequeño y centro de gravedad bajo. Tras quedarse clavado en el área, se quitó de en medio a su par con un recorte seco, como esos que regalaba Butragueño en el Bernabéu. Fue el broche a una mañana muy entretenida con apenas momentos grises de Recio y Rescaldani, a quien tampoco le dio mucho tiempo a entrar en calor. Hoy el equipo pondrá rumbo a Perth, donde mañana (9:00, hora española) cerrará su periplo ante el cuadro local.

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