Carlos Kameni llegó a España hace diez años. Los últimos dos años y medio de esta década los ha vivido en Málaga y hasta hace bien poco bajo la sombra de un gigante llamado Willy Caballero. Una suplencia lógica visto el rendimiento ofrecido por el actual meta del City. Mucho menos comprensible era su desorbitada ficha. Aun siendo contratado como parche en enero de 2012 y pese a sus meses de ostracismo en Barcelona, Antonio Fernández le puso sobre la mesa un contrato no muy alejado de los que gozaban entonces Cazorla, Baptista o Demichelis. Una losa económica que el Málaga ha intentado sacudirse hasta hace pocos días. El fichaje de Guillermo Ochoa, sensación mundialista, también contenía para el camerunés un mensaje encriptado: ni siquiera la marcha de Caballero le iba a otorgar prioridad. Un divorcio a la vista que, según reconocen club y jugador, fue encauzado tras la gira por Alemania y Suiza. El Málaga le expuso la dificultad de asumir su sueldo. La presencia del mexicano, igualmente, le robaría minutos. Kameni entendió el mensaje, priorizó la comodidad de su familia, plenamente integrada en Benalmádena, donde viven, y le sacó a la entidad un compromiso de dos temporadas más, hasta 2018. En ese periodo de cuatro años percibirá las mismas cantidades que tenía garantizadas hasta 2016. "Hay que valorar más cosas que el dinero", comentó ayer.

Al acto celebrado ayer en La Rosaleda sólo le faltó la presencia del vicepresidente Moayad Shatat para cobrar la misma dimensión que tiene la presentación de un fichaje. Kameni, feliz, relajado y aparentemente franco en sus respuestas, estuvo flanqueado por el director general Vicente Casado y el deportivo Mario Husillos en su comparecencia ante los medios. La revisión del contrato de Kameni tiene para el club tanta relevancia que incluso Casado, saliéndose de su habitual segundo plano en este tipo de actos, quiso agradecer su disposición y "enorme esfuerzo" al aceptar una rebaja financiera de tal calado. "Ha sido un camino largo, delicado, en ocasiones con tensión extrema, pero al final se ha llegado a una solución. Le agradecemos su enorme esfuerzo", resumió Casado. No tuvo reparo en señalar la asfixia que significaba su anteriores emolumentos. "El único problema era el asunto del contrato. Él es un hombre importante dentro del club, los compañeros hablan maravillas de él. Estamos orgullosos de que se quede, es muy bueno para el club seguir saneando la plantilla y seguir igualando para llegar a la estabilidad que queremos. Estamos contentos porque tenemos a dos porteros de alto nivel", destacó el director general blanquiazul.

Kameni, que en febrero cumplió 30 años, apuntó que su familia ha sido fundamental en su decisión, aunque puntualizó que, pese al feliz desenlace, no han sido conversaciones fáciles. "Había que unir la voluntad del club y la mía de seguir, en ese proceso es normal que haya momentos tensos, pero pongo de mi parte para seguir y el club ha puesto voluntad. Económicamente el club no está como hace tres años, vivimos en ese mundo y lo sé y hay que valorar más cosas que el dinero. Estoy muy a gusto, me siento querido, no sólo por la afición sino por toda la gente del club. Venir a trabajar y sentirse a gusto aquí lo tengo, la valoración ha sido también en ese sentido, por eso decidí seguir en este maravilloso club muchos años más", resumió el guardameta africano, que en la siguiente respuesta volvió a aclarar el peso que han tenido su mujer e hijos (con los que posaba sonriente tras la rueda de prensa) a la hora de llegar a un entendimiento. "Para que lo sepáis, tengo un niño de diez años que juega esta temporada con los alevines y no quería ningún momento moverse del Málaga [risas]. Están a gusto aquí. El dinero no lo es todo, la felicidad de la familia es todo. Es un sacrificio financiero enorme para vivir esta felicidad, vivir alegre y todo. Es un mutuo acuerdo con mi mujer, todo el entorno decidimos esto", afirmó.

En cualquier caso, Kameni intentó resaltar en varias de sus respuestas que este nuevo contrato no le garantiza la titularidad. Que jugara ante el Athletic, dijo, es competencia exclusivamente de Javi Gracia. "Tenemos esa fuerza de luchar, a mí me lo han enseñado de pequeño, nunca me han regalado nada. Mi lucha es pelear para ganarme el puesto, nunca me he puesto en la cabeza lo de tener el puesto asegurado, cada día tenía que pelear para ganar el puesto. Respeto a Memo [Ochoa], lo estoy conociendo, es un buen tipo. Habla francés y podemos hablarlo. Es una rivalidad sana y hay que defender la portería del Málaga. Somos dos porteros muy buenos, la rivalidad es buena", comentó. Añadió Kameni: "La renovación no te asegura nada. Somos 25 futbolistas y nadie lo tiene asegurado. Hay que ganárselo cada día. No porque haya renovado voy a irme a casa tranquilo. Es respeto a mis compañeros y a Memo, al equipo y al entrenador. Busco ganarme el puesto cada día. La renovación me permite estar más tranquilo, no es nada fácil levantarse y no saber qué va a pasar. Ahora es más fácil, mi familia y yo podemos disfrutar de mi pasión, que es el fútbol. Ahora, a sudar como siempre".

A Kameni se le cuestionó sobre por qué ahora ha aceptado cambiar su estatus salarial y no antes, ya que ya el pasado enero se trató el tema, hasta el punto de que el propio portero afirmó en una entrevista que él no tenía culpa de ganar lo firmado y de que se lo merecía por su trabajo. "Cada cosa tiene su momento. La verdad es que, para señalar más la voluntad de las dos partes, no ha sido un momento largo. Empezamos a hablar a la vuelta de Suiza, en el aeropuerto. Han sido diez días como mucho, nada muy, muy largo. Cada cosa tenía su importancia y tocaba la mía. Se ha resuelto con rapidez, se puede decir", dijo Kameni. Descartó que esta revisión contractual tenga su base en facilitar una futura salida: "Entiendo la postura del club. No me quiso echar por ningún motivo pero económicamente no podía asumir mi ficha. Había que encontrar una fórmula, salida o renovación. No pienso en ninguna cosa que no sea el Málaga. Estoy centrado en el Málaga sin pensar en nada. Si me meto en tema de salida vamos muy mal. Pienso en hacer una muy buena temporada, dos, tres, cuatro... [risas].

Kameni, quien dijo que se enteró de su titularidad ante el Athletic el mismo sábado a las 16:30, en la charla previa, volvió a sentirse portero tras tres cursos sin apenas minutos. "Después del partido estaba muerto, no físicamente, sino de todo lo que había ocurrido durante la semana y el día anterior. La pregunta era cómo me iba a encontrar en el partido. En un campo, en 15 minutos, el portero cuando no tiene ese ritmo no es nada fácil, pero ya tengo 30 años y un pasado un poquito lleno [risas]. Quería pensar en todo lo que había hecho, sólo tenía que encontrarme a gusto y tener la cabeza fría, con tranquilidad. Y ahí con la afición apoyándome a muerte, eso te pone como si te tomaras un vaso entero de café", resumió.

Kameni empieza una nueva etapa con una carrera sólida en Primera: 235 partidos y 305 goles encajados. Su media de tantos recibidos es de 1,3 por partido. Por comparar, la de Willy en el Málaga era de 1,22.