sergio sánchez ortega. futbolista del málaga cf.

"Ahora vuelvo a ser ese chico centrado por y para el fútbol"

  • Sergio Sánchez vive uno de los mejores momentos de su carrera con la visita al Espanyol en ciernes "Una diferente vara de medir a lo mejor no, pero quizá conmigo ha habido menos mimo", afirma el zaguero catalán

Llega a la entrevista cantando. Sergio Sánchez no deja indiferente sobre el césped y tampoco en el cara a cara. No rehuye cuestión alguna. Ni duda siquiera al manifestar su postura sobre Cataluña. Se va bromeando. Entre los canturreos y la amable despedida hay más de media hora de charla y decenas de temas que dan para otras dos páginas. Mañana se enfrenta al Espanyol, el club donde se hizo futbolista.

-Se le ve feliz.

-Sí [risas], la verdad es que sí. En lo personal y profesional me encuentro en un momento de mi vida muy estable, centrado y esto lleva a un punto óptimo de la persona y ahí me encuentro ahora.

-¿Se encuentra en el mejor momento de su carrera?

-El mejor momento nunca se sabe. Estoy en un buen momento, pero el futuro no se sabe. Estoy en un momento óptimo, estable y hoy día puedo pedir poco más.

-¿Y cuáles son esas claves de su momento óptimo?

-Saber mi objetivo principal, caminar hacia él, tener una vida personal estable y equilibrada, que también la tengo. La verdad es que esa estabilidad fuera y dentro del campo te da la felicidad. Dedicarte a lo que más te gusta, jugar cada domingo, sentirte importante y fuera del campo tener la vida que uno desea... No se puede pedir más para ser feliz.

-En Málaga se le ha criticado mucho, yo entre ellos. ¿Ha sido una crítica justa o despedida?

-Bueno, yo no estoy para opinar eso. Entiendo que no es fácil antes de opinar y dar esa crítica saber algunos argumentos que obviamente no podéis saber, pero simplemente es vuestro trabajo. Lo respeto, igual que respetáis cuando salgo al campo. No puedo entrar a valorar. Es verdad que mis circunstancias no eran fáciles, venía de una operación importante, de un año y medio prácticamente sin dinámica de profesional. Jugué los últimos diez partidos con el Sevilla muy bien y eso me valió para venir, pero aquí me costó entrar en la rutina de profesional. Por eso también entiendo vuestras críticas. Ocupar una posición en el equipo de Pellegrini también era difícil, no podía competir por un sitio fijo, alternaba varios puestos... Son muchas variables que, como te digo, cuando tu vida fuera y dentro del campo no es estable te repercute. A mí me repercutió. Pero fui fuerte, supe encajar los muchos golpes que me distéis [sonríe] y eso también te hace ser concienzudo sobre lo que quieres y lo que tienes que hacer para llegar al objetivo. Este año me lo estáis reconociendo. Cuando se me criticó no valoré, porque es vuestro trabajo, igual que ahora cuando las criticas son buenas no valoro. Es vuestro trabajo y lo respeto.

-¿Pero admite que ha tenido errores?

-Sí, por supuesto. Todo el mundo los tiene. Pero quizá algunas veces se cebaban con mis fallos. Algunas veces lo entiendes, otras no... Pero lo entiendo. Venía de un equipo que no cae muy bien, el Sevilla, eso también repercute. Pero creo que con trabajo, humildad e intentando hacer bien las cosas estoy recibiendo más reconocimiento por parte de la afición y del periodismo de Málaga, que es importante. No sólo recibir palabras sino hechos. Espero seguir recibiéndolos.

-¿Nota que el trato que le da la afición también ha mejorado?

-Sí. Entiendo que a veces hacia fuera doy una imagen de fuerte, quizá algo de prepotencia porque proyecto mucha seguridad... Pero no es así. Uno sale al campo y lo que uno quiere es que su afición le anime, le apoye. Esto lo he obtenido pero también al mínimo fallo las críticas han sido duras. Pero bueno, eso también es porque quizá la gente esperaba mucho de mí y hasta ahora no he podido ir demostrándolo. El año pasado y éste lo estoy haciendo y los resultados espero que sigan llegando y la comunión con la gente siga fuerte.

-¿La vara de la afición y prensa para medirle ha sido diferente con otros jugadores?

-Ya sois muchos los que me habéis hecho esa pregunta y de alguna forma me estáis dando la respuesta. Diferente a lo mejor no, pero quizá ha habido menos mimo. Pero, como te digo, me lo tomo por el lado positivo de que veis que en años anteriores he podido dar más de lo que daba y me lo exigíais. Igual que ahora estoy por el buen camino y me lo reconocéis. Me lo tomo como eso, personas que me habéis intentado motivar de alguna forma, en este caso con críticas, que no es lo que a uno le gusta pero sí es necesario para abrir los ojos y dar lo que podía dar.

-Personalmente uno ve crecimiento futbolístico estos meses.

-Sí, volver a la posición en la que siempre he creído que podía aportar ha sido importante. La confianza del anterior míster y el actual y la mía propia ha ido evolucionando. Me encuentro en un momento bueno. También a uno le gusta ver que cuando le dan palos la gente luego es capaz de rectificar y decir que las cosas se hacen bien cuando se hacen. Esto lo estoy obteniendo aquí. En muchos otros sitios sólo ha habido palos y cuando se han hecho las cosas bien se han mantenido al margen. Tanto bueno o malo lo hacéis notar.

-Decía en La Bombonera que la impulsividad le llevaba a cometer errores. ¿Su peor defecto?

-Sin duda, soy una persona que vive el deporte como una forma de vida, es una pasión, un estado anímico continuo y a uno le lleva cometer errores. Los intento pulir. Los compañeros y el míster me están llevando bien, poco a poco voy reduciendo ese tipo de errores. Es bueno saber lo que uno tiene que mejorar. Cuando uno cree que lo tiene todo hecho viene el gran error. Pero sí, por supuesto, la impulsividad es una de las cosas que tengo que mejorar

-¿Se nota más domesticado?

-Sí, Málaga en sí ha hecho una gran labor, también como institución. Cuando un jugador es profesional y pasa dos años siendo una persona mas con hábitos normales, por desgracia, volver a esa dinámica de competitividad diaria muchos quizá no puedan verlo pero es realmente complicado. En Málaga me pilló esa transición y no lo pasé nada bien, ni fuera ni dentro del campo. Pero la confianza del cuerpo técnico y la directiva ha conseguido que vuelva a encauzarme en el mundo del fútbol de pleno derecho y esto ha hecho que tome decisiones más acertadas. Realmente es como siempre he hecho, soy un jugador disciplinado. Es volver a ser lo que era.

-¿Esto hace que se enfade menos en el campo y también replique menos a los compañeros?

-No menos pero como tú por dentro no estabas bien, ya veías que en el centro del campo no funcionaban las cosas, mi día a día era un constante esfuerzo para volver a ser lo que era antes de la operación o no podía disputar el puesto de central y tenía que ser lateral izquierdo o derecho... Cuando no estás bien contigo mismo la mínima excusa hace que explotes, te exaltes. Es un capítulo pasado y con la valentía de saber reconocerlo y aprender de ello y mirar para adelante porque todo el mundo tiene errores.

-¿Cuando ficha por el Málaga sabe que iba a jugar de lateral?

-Me dicen que voy a alternar los dos puestos, pero me encuentro con gente muy contrastada, como Weli, Demichelis, Mathijsen... Con el paso de las jornadas el bloque estaba hecho, lo más fácil era ser lateral. Entre que yo ya venía con un cambio de rutina y también me encuentro con un cambio grande de profesional no consigo habituarme, motivarme ni centrarme y lo paso mal.

-Cuando dice cambio de rutina, ¿se refiere a una vida desordenada?

-A todo. Cuando se te acaba el fútbol como a mí se me acabó y te dicen que eres una persona normal y te pegas dos años comiendo lo que quieres, saliendo lo que quieres, viajando lo que quieres, durmiendo cuando quieres... Que de repente te digan que eres apto, ¡uf! Ahora me lo dicen y vale, pero con 23 añitos me encontré con muchos cambios de golpe que no supe digerir porque lo pasé mal, porque quería pero me costaba, el tema deportivo no me acompañaba con constantes cambios de posición, no jugaba lo que quería... Fue duro asumir tantas cosas en tan poco tiempo. Más vuestras criticas [risas]... Todo lo que me llegaba de fuera era negativo. Pero apreté los dientes y sabía que iba a ganar con el apoyo de mi familia, los más cercanos, y con trabajo y sacrificio empiezo a ver un poco la luz, a ser feliz, a ser reconocido aquí, a tener vuestro cariño y el de todos. Agradecido y a cogerlo con las dos manos para perderlo.

-¿Hay tantas tentaciones fuera del fútbol?

-Las que tú quieras, pero sí es verdad que cuando no tienes claro tu objetivo o tu carrera visualizada son muchas cosas las que te pueden interferir. Al futbolista por ser futbolista se le abren posibilidades de todo tipo: buenas, malas, salidas, entradas, amigas, amigos, viajes... Al final hay que estar centrado porque la profesión es increíblemente bonita e increíblemente corta y hay que estar por y para el fútbol 24 horas para disfrutarla y respetar a todos los que pagan por verte, que son muchos.

-¿Cuándo decide que es central y no lateral?

-Yo siempre lo he sabido, ¿eh? [Risas], pero me puso en el lateral Lotina con 17 años. En ese momento estaban Jarque, que en paz descanse, Lopo, Soldevilla... Era difícil, pero con esa edad juegas de portero incluso. Empecé con mucho menos cuerpo, muy delgadito. Cumplí bien hasta el punto de que el Sevilla se fijó en mí de lateral. El primer año jugué muy poco por lo del corazón. Ahí mi cuerpo hizo un cambio, cogí volumen... La velocidad no era la misma. El cuerpo cambió, como le pasa a muchos laterales que se reconvierten en centrales. Y ahí me di cuenta de que no puedo competir a tan alto nivel en esa posición y me replanteo lo que he sido. Con Pellegrini de central lo hago bien. Ante Barcelona, Madrid, Borussia... Tenía que ser humilde y saber que mi cuerpo no estaba preparado para ese nivel en el lateral y volver a mi posición de origen. Schuster lo ve claro, confía mucho en mí en esa posición e incluso el año que está en el Madrid estuve a punto de fichar con él de central. Me da esa aspirina y la oportunidad de demostrar y vuelvo a centrarme realmente en lo que es el fútbol. Gracias a Dios, con Schuster empiezo a ver cosas positivas y a motivarme. También me llegan cosas positivas de fuera. Creo que vuelvo a ser ese chico centrado por y para el fútbol. Creo que de Pellegrini a Schuster hay un paso adelante evidente. Fue la persona clave que me dijo: 'Eres central y confío en ti'.

-Alguien del cuerpo técnico de Pellegrini decía que físicamente es un privilegiado y tiene condiciones para ser un central de época. ¿Lo ve así?

-En aquel tiempo cuando me lo decían y Pellegrini no me ponía no lo entendía [sonríe]. Era raro, pero quizá con el tiempo sí lo veo. Necesitaba sentirme profesional en todos los sentidos y ahora que lo siento me llegan muchas informaciones, también de los compañeros, sobre las posibilidades que ven en mí. Y me gustaría, la verdad. He pasado por cosas malas en muy poco tiempo.

-¿Twitter le ha afectado más de lo debido alguna vez?

-No, nunca. Para llegarme a mí hace falta mucho, no es fácil desequilibrarme, pero cuando tocan a tu familia o tu mujer hay que hacerse respetar. Quizá no lo hice de la mejor forma pero sí de alguna que al fin al cabo me ha dado el respeto de muchos y también la facilidad de anónimos para hacer más saña. Doy prioridad a los que te siguen y están ahí para hacerte un bien. No por unos pocos negativos van a pagar unos muchos positivos.

-¿Va a renovar?

-Llevamos tiempo hablándolo. El club está por la labor. Yo soy feliz aquí. Se tienen que poner de acuerdo con mis agentes.

-A la selección están yendo Albiol, San José... ¿Se ve ahí?

-Bueno, la ilusión nunca hay que perderla. Es la única que me falta, he estado en la selección desde la sub 15 a la sub 21. Sería una alegría inmensa después de todo lo ocurrido. Para mi carrera y mi familia sería algo enorme. Pero para estar ahí hay que estar muy bien con tu club y en eso estoy.

-¿Y cuando lee la lista no dice: 'no soy inferior a ninguno'?

-Ni inferior ni superior. Soy un jugador español que trabaja bien en su club, como los que van a la selección. Es el seleccionador el que opta. Hay que ponérselo difícil y llamarle la atención. Para ello hay que estar bien.

-¿Se siente español?

-Sí, por supuesto. Nací en Cataluña pero mi nación es España y lo que yo soy es español, de pura cepa además. Ahí no hay discusión posible.

-¿Está a favor de la consulta?

-La nación es española y España somos todos y no tiene por qué haber divisiones. A uno les gustará más una cosa, a otros otra. Pero hay que estar para lo bueno con España y para lo malo también. Lo fácil es estar para lo bueno y cuando viene lo malo estar con otros. No soy partidario de eso. Yo nací español y quiero morir español con todas sus comunidades.

-Llevo un rato mirándole los tatuajes. ¿Cuántos tiene?

-Siete u ocho. Los ángeles [del brazo derecho] son mi madre, hermana, padre, aquí las manos de mi mujer. Esta frase [señala el bíceps] me la dijeron mis padres y tíos cuando superé la enfermedad: 'En la vida hay algo peor que el fracaso, el no haber intentado nada".

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