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Gran paso al frente y un mal endémico

  • El segundo triunfo consecutivo refuerza a técnico y plantilla; los problemas para definir inquietan

El Málaga no sólo ganó tranquilidad en el Nuevo Arcángel; se llevó un baño de optimismo y confirmación. Llegó la primera victoria a domicilio, la segunda consecutiva; dos hitos en la presente campaña que vienen a reafirmar la metodología de juego y la confianza en la plantilla. Todos salen ganando. El partido ante el Barcelona era hasta ahora el más destacado por el tremendo trabajo táctico empleado para contener al líder. Sin embargo, en Córdoba el equipo dominó desde el principio y demostró su mejor despliegue ofensivo. Un gran encuentro que, no obstante, volvió a llevar aparejado el asterisco que perseguirá al plantel esta temporada: los enormes problemas para definir las ocasiones creadas.

Aunque en todo momento el Málaga fue superior al conjunto de Albert Ferrer, había quien tenía miedo a que un tanto del Córdoba en una acción aislada pudiera meter el miedo en el cuerpo. Llegó, aunque ya en el descuento, sin tiempo para más. Quién sabe si el decorado hubiera cambiado radicalmente de no haber llegado en el minuto 94. Lo que está claro es que los jugadores blanquiazules dispusieron de hasta cuatro ocasiones claras para haber puesto el 0-3 y entonces el choque habría quedado absolutamente liquidado.

En la retina del aficionado estaba el encuentro contra el Levante en La Rosaleda, en el que el Málaga cuajó un gran partido en todas las facetas excepto en la definición (realmente llegó anotar, aunque el gol de Juanmi quedó anulado). Parece que será la tónica durante la campaña mientras no se mejore en la puntería. De hecho, es un tema que obsesiona a Javi Gracia, quien se marchó muy contento de Córdoba por el fútbol que desplegaron sus jugadores pero, al mismo tiempo, preocupado porque sabe que otros días, frente a rivales con más potencial ofensivo, pueden costar caro.

Una forma de diagnosticar los problemas en el ataque se puede apreciar en el reparto de los goles conseguidos por el Málaga hasta la octava jornada: son siete, repartidos entre siete protagonistas diferentes (Luis Alberto, Camacho, Duda, Santa Cruz, Antunes, Samu y Amrabat). Además, ni siquiera sale a gol por partido el equipo.

Como forma de combatirlo, el entrenador navarro ha encontrado en las rotaciones la forma de dinamizar las soluciones atacantes. En Córdoba apostó por la última variante: Amrabat como hombre más adelantado y Juanmi en la mediapunta. A pesar del buen resultado, por ahora habrá que poner esa alternativa en cuarentena, puesto que Javi Gracia decidió dar descanso a Santa Cruz debido al doble compromiso internacional que tuvo que disputar con Paraguay la pasada semana.

No obstante, dicha apuesta derivó en la cara más ofensiva de la temporada. No sólo por la cantidad de ocasiones que fue capaz de crear el equipo blanquiazul, sino por la acumulación de elementos ofensivos en el ataque (Amrabat, Juanmi, Samu Castillejo y Samu). Es otro de los refuerzos del triunfo, saber que pocos en la plantilla tienen un puesto garantizado, la mejor manera de tener enganchados a todos.

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