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La última bandera

  • Samu Castillejo, cuya renovación se hizo oficial ayer, es el último de los muchos exponentes que sobrevive a las trabas del camino y se enfrenta al reto de hacerse un hueco en el Málaga

Por más que él pretenda seguir con su día a día, mantener aficiones y amistades y ser el mismo chaval que hasta hace nada intentaba destacar en el campo de la Federación Malagueña, su vida ya ha cambiado. Ese es el primer reto para Samuel Castillejo Azuaga (Málaga, 1995), mantener su vida personal pegada al suelo. Luego está el futbolístico, tan precioso como difícil. Es el último canterano que da el salto al primer equipo para quedarse. No es una historia nueva; tampoco algo que hayan conseguido muchos. Hoy, en la presentación del acto de renovación que se hizo oficial ayer, hasta junio de 2018, Samu Castillejo seguramente posará junto a la bandera y el escudo. Consciente o inconscientemente, sabrá que él ahora también es bandera. De los canteranos que hasta ayer eran como él.

Se vive una situación de bonanza, puesto que ahora mismo los Recio, Samu, Juanmi, Portillo y Samu Castillejo hablan malagueño en el primer equipo. Casi podría hablarse de una quinta, aunque pertenecen a generaciones y circunstancias diferentes. Pero el camino hasta este estrato nunca es fácil. De hecho, pueden considerar excepciones comparados con muchos de los que últimamente asomaron el hocico por la élite. Popo, Brahim, Fabrice, Manu Torres, Jurado, Francis Durán, Kiko, Iván González, Manolo Gaspar, Pedrito, Javi López, Juanfri... Hay un largo etcétera con denominadores comunes en la venta tras haber destacado poco, el haber sido canteranos de usar y tirar, las promesas no cuajas o el haber tenido que salir para volver luego.

Samu Castillejo ya llevó la etiqueta de joya de la corona, algo que no siempre ha surtido el efecto deseado para el que la portaba. Llegó a parecer que este mediapunta de Huelin también podía quedarse engullido. Hubo voces que aconsejaron mal en el club su temprana inclusión en las pretemporadas del primer equipo, otros que intentaron llenarle la cabeza de predicciones que nunca son la mejor medicina para un adolescente. Con demasiados altibajos en los últimos años y promesas contradictorias, definitivamente el año pasado el malagueño supo encontrar la estabilidad necesaria para que su talentoso fútbol saliera a la luz. Y de ahí que Javi Gracia no dudara en subirlo al primer equipo y considerarlo como tal a las primeras de cambio. Ha debutado con buen pie y alumbra un futuro esperanzador, pero el fútbol ya tiró muchos buenos proyectos antes. Samu Castillejo, quien hoy en la sala de prensa de La Rosaleda se llevará otra buena remesa de gloria, tiene ante sí la oportunidad de confirmar su alternativa a lo largo de esta temporada.

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