La planificación de la temporada 14/15 comenzó cuando los primeros arabescos de Amrabat ante el Sevilla, el día de su debut, dejaron ojipláticos a los aficionados del Málaga, que desconocían qué tipo de jugador había incorporado el club. Desde el minuto 1, el holandés mostró algo diferente que cautivó a los dirigentes. Semanas después, éstos ya estaban en Estambul pidiendo la vez por el extremo. Con una negociación de casi un año, demostraron que era la primera piedra del proyecto actual, a pesar de que hubiera que ponerla la última, como así sucedió. Tras un inicio errático que generó dudas con el broche, en negativo, de su desaire al ser sustituido por Javi Gracia ante el Granada, muchos creyeron que ya no sería el mismo jugador porque no necesitaba reivindicarse ante el Galatasaray. Sin embargo, a la postre se ha convertido en el interruptor para ver su mejor versión.

Bien es cierto que la intranquilidad estaba más en el lado de los seguidores que de los técnicos y la directiva. De hecho, cuando más de uno esperaba que hubiera para multa para él por su mal comportamiento al ser sustituido por Samu Castillejo, en el club se optó por todo lo contrario confiando en el comportamiento del futbolista en el vestuario. Éste se marchó con su selección a Marruecos para jugar un doble amistoso, aunque a la vuelta se disculpó ante Gracia, sus compañeros y públicamente, y todo quedó olvidado. O no, porque a Amrabat le sirvió para conectar con el futbolista que levantó a los aficionados de las gradas la pasada campaña. Dicho y hecho: en Córdoba se le vio por primera vez en la temporada al cien por cien, rendimiento que repitió el domingo pasado con el Rayo.

Al jugador cedido por el Galatasaray le costó ponerse de nuevo el chip blanquiazul. Con Roberto Mancini fuera del equipo turco, se vio más cerca que nunca de volver a defender esa camiseta, pero a última hora le tocó volver al Málaga. La itinerancia por varios puestos y el nuevo rol de delantero que le ha tocado no le ayudó a centrarse, pero al fin ha vuelto a concienciarse de que es el fichaje estrella del equipo y que necesita rendir y entrenarse como tal para divertirse de nuevo en el terreno de juego.

Gente de su entorno dice que ahora le ve con mucha más confianza y que, independientemente de jugar apostado en la banda o en posiciones más avanzadas, se encuentra a gusto en el campo para intentar todas las cosas que incluye en su repertorio. Físicamente llegó en muy buena forma, si bien ha habido que esperar a que su mente estuviera enfocada en ser útil para el equipo para verle de nuevo arrasar defensas, como hizo con las de Córdoba y Rayo.