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Feliz bajo el traje de la exigencia

  • Existe confianza en cuerpo técnico y plantilla de que el calendario que queda sacará lo mejor del Málaga

Javi Gracia ha convertido La Rosaleda en un búnker estos días. Ahí prepara con sigilo y mimo la estrategia para asaltar el Santiago Bernabéu. Sí, la ambición es máxima, como ocurrió la semana de trabajo antes de conquistar Barcelona. Se trazó un plan perfecto que salió a las maravillas y, por qué no, se sueña con repetir hazaña. El nivel de confianza es máximo, el técnico sabe que su equipo está más que capacitado para librar grandes batallas. La de Madrid es épica, pero quedan otras importantes, como Villarreal o Sevilla. Partidos de alta intensidad en los que se espera la mejor versión blanquiazul.

A día de hoy, alcanzar los puestos europeos por vía directa se ha convertido en una empresa complicada, a pesar de que el Villarreal sigue evidenciado una caída en picado en su rendimiento. La defensa de la séptima plaza, no obstante, continúa estando en manos del propio Málaga. Calcular cuántos puntos harán falta para mantener ese escaño se antoja complicado, aunque gracias a la actual diferencia de cinco puntos con el octavo un pleno de victorias en La Rosaleda casi lo garantizaría. Deportivo, Elche y Sevilla son los que quedan por pasar por aquí. Dos equipos que luchan por sobrevivir en la élite y otro de grandes recursos que en la última jornada podría acudir en diversos escenarios: apurando sus opciones para meterse en la Liga de Campeones, habiendo perdido unos días antes la final de la Europa League o de resaca victoriosa y sin nada en juego en La Rosaleda. Sea como sea, lo cierto es que Javi Gracia tiene la tranquilidad de que su equipo en casa sabe competir de manera más que digna contra el rival que sea. Real Madrid, Barcelona y Atlético lo saben a la perfección.

Fuera de casa el calendario también reparte contrastes: Real Madrid y Villarreal, dos de los punteros de la tabla, Celta, que podría añadirse como rival por la séptima posición, y Almería, que se juega la vida en la élite. A los amarillos hay que visitarles en la penúltima jornada, y puede que ser que también ellos tengan ya el objetivo de Europa cumplido y nada en juego. Aun así, Gracia sabe que los suyos pueden meter mano a un rival al que le gusta jugar y deja opciones. Un marco similar plantea el partido de los gallegos, mientras que no es ninguna locura asegurar que el del Almería es uno de los duelos más incómodos que habrá que afrontar en este tramo final.

En general, se considera que en estos últimos siete partidos hay más rivales con los que sentirse a gusto que al contrario, por lo que existe confianza plena en el vestuario en lograr puntos que al menos permitan defender la actual clasificación.

Con la mente preparada para seis semanas de infarto, el entrenador blanquiazul espera que el físico responda o no dé muchos malos ratos. Por lo pronto, ayer se llevó la gran noticia de que Samu Castillejo ha dejado atrás las molestias que sufría en el cuádriceps de su pierna izquierda. Es un futbolista fundamental en su engranaje, tanto para mejorar las prestaciones ofensivas como por el excelente trabajo defensivo que aporta al equipo.

El mensaje que emana del vestuario de luchar por la sexta plaza, pese a los vaivenes de rendimiento en casa y fuera, está lleno de convencimiento, la idea de la plantilla es contagiar a la afición de ese sentimiento. Sin duda, puntuar en el estadio del Real Madrid sería la mejor forma de inyectar esa confianza.

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