Quedan tres jornadas solamente. No hay tiempo para fichar ni para fórmulas mágicas, sí para aspirar a que las lesiones y las sanciones sean lo más respetuosas posibles. Todos los entrenadores llegan a final de temporada con una tralla importante de minutos encima, unos más que otros. En el caso del Málaga se viene percibiendo que hay jugadores que han perdido la chispa, la frescura, lo que les hacía dar un rendimiento espectacular en la primera vuelta. Y otros, en cambio, se asoman al once desde su falta de carga física y ganas de aportar en estos tres partidos que quedan.

Podría tomarse el ejemplo de Darder y Javi Guerra como ejemplos de ambos extremos. El centrocampista balear, uno de los más usados esta temporada, ha sido exigido en demasía y ha llegado fundido a este tramo final. En los últimos partidos se ha hecho más evidente. Más allá de los signos de fatiga evidenciados por el futbolista en los minutos finales de choques como el de Elche, Celta (fue sustituido por problemas musculares) o Deportivo, el equipo ha pasado a jugar descaradamente a buscar los balones en largo, bien a Amrabat, aprovechando su buen juego de espaldas, bien las aperturas a la banda con cambios de juego. No es casualidad que los centrales hayan dado un paso al frente en las últimas semanas a la hora de tener protagonismo en el inicio de la jugada. El de Artá ha perdido fuelle y capacidad para organizar el juego, y es consciente de ello. De la alta presión arriba se ha pasado a un ataque mucho más estático en el que Darder ha sido víctima y culpable a la vez. Suma casi 3000 minutos entre Liga y Copa y un desgaste muy importante. Conviene recordar que apenas lleva dos campañas en la élite y, pese a un plan específico de preparación este verano, el alto ritmo de juego que supone el fútbol de Javi Gracia le ha acabado pasando factura.

No es el único, desde luego. En general, las piezas del medio del campo, donde se concentra la mayor exigencia del equipo, andan desgastadas. A los Samus le está costando mucho trabajo ser decisivos en los últimos encuentros. No se les ve duchos a la hora de encarar y les cuesta llegar a posiciones de definiciones. Javi Gracia es consciente, raro es el partido en que al menos uno de los no es sustituido en los últimos meses.

En el lado opuesto, seguramente el delantero veleño represente la mejor alternativa que ahora mismo hay en el fondo de armario. El veleño estaba llamado a disponer de muchos minutos, de hecho se estrenó en el once con gol en San Mamás, pero una molesta lesión en un gemelo y la falta de confianza de Javi Gracia no le han terminado las oportunidades que se podían prever cuando llegó cedido por el Cardiff en el mercado de invierno. 413 minutos repartidos en diez encuentros es lo que ha podido disputar el atacante, que en ese tiempo ha marcado un par de tantos y ha provocado dos penaltis. Unas cifras nada malas teniendo en cuenta que sólo ha sido titular en cuatro partidos (en dos de los cuales fue sustituidos) y en seis le tocó salir desde el banquillo para disputar minutos residuales o tener poca participación. Pero en los últimos ha sido de los más destacados. En sus botas estuvo sacar dos puntos más ante el Dépor, Fabrizio le hizo un paradón a bocajarro en los últimos segundos, y Manu Herrera le detuvo un remate forzado en la última acción del encuentro frente al Elche. Además, conociendo su buena faceta para el remate y habida cuenta de que el juego ha virado hacia un fútbol más directo, a muchos aficionados les ha sorprendido que no actúe más.

Rescaldani y Filipenko siguen ajenos a la dinámica del equipo y Juanpi y Luis Alberto prácticamente no tienen minutos. Futbolistas como Tissone y Duda son los que últimamente sí han gozado de más minutos por parte del entrenador, aunque aún no cuentan con su confianza plena, pese a que en sus roles hay jugadores cansados.