Con el permiso del nuevo ridículo del fútbol español, quedan 180 minutos para resolver la Liga. Quedan por concretarse las últimas dos plazas de descenso, la parrilla de la Champions y que el Barcelona sentencie el título tras el último empate del Real Madrid, que le puso la Liga en bandeja. La séptima plaza, como bien remarca Javi Gracia, no vale de nada. A fecha 23 de mayo, claro, porque una semana después podría ser un potosí. Y no le faltará emoción a esa pugna, que tiene a Málaga, Athletic, Espanyol y Celta separados por tres puntos. Se abre el tiempo de las cuentas, las suspicacias, las dinámicas, las casualidades, las causalidades. Fútbol en estado puro. El rush final comienza con los blanquiazules un paso por delante en ese cuarteto. Será vibrante.

Pase lo que pase, la lucha estará viva en la última jornada. Ahora todos miran sus calendarios, la enfermería, se cuida a los apercibidos. Las cuentas para el Málaga son bien fáciles: si gana los dos encuentros que le quedan, la plantilla blanquiazul verá la final de la Copa del Rey animando al Barcelona. De no ser así, habrá que estar atento a lo que hagan sus perseguidores.

A priori, el Málaga podría encontrarse con un calendario algo más amable de lo que parecía en un principio. Finalizar la competición yendo a El Madrigal y recibiendo al Sevilla no era muy halagüeño. Sin embargo, los amarillos ya han cumplido con su meta de la clasificación europea y reducirán, sobre el papel, el nivel de tensión contra el Málaga. Puede incluso que Marcelino dé oportunidades a jugadores que habitualmente no suelen tener minutos y hasta tirar del filial, más aún tras la plaga de lesiones que azotó el plantel en el tercio final de Liga.

Y luego existe también la opción de que los de Emery lleguen a Martiricos sin objetivos ligueros. Es más, la carambola sería doblemente beneficiosa. Si el Valencia vence este domingo al Celta, además de quitarle los puntos a un rival directo por el objetivo, dejaría al Sevilla sin la opción matemática de asaltar la cuarta posición. Comoquiera que la final de la Europa League, en la que estará salvo remontada histórica de la Fiorentina, se disputa cuatro días después del choque en Málaga, todo apunta a que el equipo que juegue aquí será menos competitivo de lo habitual.

El Athletic sí que tiene asegurado jugar con dos rivales sin angustias. Viaja a Elche y recibe al Villarreal. Por lo que cuenta con muchas posibilidades de lograr los seis puntos en litigio, en cuyo caso obligaría al Málaga a hacer también pleno.

El Espanyol es quien más difícil lo tiene. Recibe en su casa al Real Madrid, que tratará de ganar para obligar al Barcelona a hacer lo propio en el Calderón y apurar sus reducidas opciones de salir campeón. Y en el último partido se las verá con el Celta en Balaídos. Puede que con los gallegos ya sin opciones de alcanzar la séptima posición; en caso contrario, ambos estarían compartiendo objetivo y al menos uno acabaría con el otro, o incluso ambos mismos podrían restar al alimón sus posibilidades matemáticas. Así que a los de Berizzo también les aguardan dos partidos de armas tomar.

Por ahí asoma también el Rayo, con 46 puntos, a cuatro del Málaga, aunque tendría que ganar ante Córdoba y Real Sociedad y esperar lo que hagan los cuatro que tiene por delante.

Otra de las consideraciones a favor de los blanquiazules es que este mismo domingo ya podría eliminar a rivales de la lucha. Si vence al Villarreal, obligaría al Athletic y al Celta a ganar y al Espanyol a puntuar.