El malaguismo se mueve entre el medio lleno y el medio vacío. Una guerra interminable que ofrece dos formas de ver todo lo que ha acontecido este verano. Si bien es cierto que todo ha ido muy en la tónica habitual de los últimos, las operaciones de este mercado han herido gravemente la sensibilidad del aficionado, incluso la de un Javi Gracia que explotó el pasado sábado tras el adiós de Darder. El balear fue la penúltima baja de una lista que se cerró con Pablo Pérez sobre la bocina. En total, 38 millones que deberían ir a parar a las arcas blanquiazules. Pero la teoría deja paso a la práctica y en ella irrumpieron los fondos de inversión. En su particular huida hacia adelante, el Málaga tuvo que vender pieles por salvavidas para seguir mirando al horizonte por encima de la barbilla. El precio, incontable hasta este verano, resultó demasiado alto.

Las buenas ventas de Samu, Castillejo y Darder quedaron infravaloradas en la práctica. Vicente Casado vio como buena parte del dinero obtenido volaba a las manos que tendieron su ayuda en momentos delicados.

Aun así, el club apenas gastó seis millones en fichajes. Una cantidad importante para el estado de las arcas, pero minúscula en función de lo ingresado. Ese balance, el más positivo de toda la Liga, ha permitido al Málaga aflojar el nudo de la deuda, uno de los grandes retos para el futuro, eliminar el lastre que acumula el equipo desde la mega inversión de un jeque que, a día de hoy, no invierte un euro en el club.

Ese modo ahorro, ha convertido al Málaga en uno de los mejores parados del mercado estival, al menos económicamente hablando. En el balance compra/venta, ha sido el club que mejores números ha presentado. Bien es cierto que para ello ha tenido que sacrificar buena parte de su capital futbolístico, pero esa es una rémora que se han visto obligados a asumir en estos últimos años para salir adelante.

Hasta seis traspasos ha completado el Málaga este verano. Juanmi (Southampton) Samu Castillejo y Samu García (Villarreal), Darder (Lyon), Portillo (Betis) y Pablo Pérez (Boca). Más el medio millón rascado por André André. En ese sentido, también ha sido de los equipos que más ventas ha realizado durante el mercado estival, viendo muy mermada una plantilla que ha tenido que reconfigurarse en gran medida con nuevas incorporaciones y cuyo gasto apenas ha superado el millón de euros, a excepción de Amrabat (3,5).

Otros clubes han generado mucho más dinero con sus ventas, pero también han aprovechado tales cantidades para invertir. Los casos de Sevilla o Villarreal son un buen ejemplo de ello. Rivales con los que el Málaga se codeó la temporada pasada por una plaza europea, sobre todo con los segundos. La idea no es otra que repetir fortuna. Ese peligroso bucle que deriva casi en un todo o nada.

Aunque el plan de viabilidad sigue sonriendo al Málaga, que sanea su economía a costa de reinventarse año tras año en el plano deportivo. A priori, la estabilidad está un paso más cerca.