Sin temor a equívocos, puede afirmarse que el fichaje de Flavio es uno de los más frustrantes en la historia del Málaga CF. Lleva aquí desde julio de 2013 y tan sólo ha disputado 16 encuentros. Desde el 3 de mayo de 2014 no ha vuelto a vestirse de corto, en aquella visita del Elche que a la postre dio tanto que hablar. Una lesión crónica en la zona lumbar le trae de cabeza justo desde el primer día de estadía en Bitburg, en la plantilla de Bernd Schuster. Después de un severo tratamiento conservador, una intervención quirúrgica y dos parones por recaídas, cuándo podrá volver a jugar es todo un enigma. Incluso hay quien se pregunta si podrá volver a hacerlo. En el seno del club admiten una seria preocupación por su situación, que a día de hoy es inclasificable.

Paradójicamente, el portugués compareció el pasado lunes por el césped del estadio de atletismo para hacer carrera continua con el masajista Marcelino Torrontegui. Toda una novedad que no se producía desde su último parón en el mes de julio, en el que el club se vio obligado a buscar otro central ante las perspectivas poco halagüeñas con él. Los servicios médicos determinaron que podía volver a salir al verde tras varios días haciendo carrera en la cinta del gimnasio sin notar dolor. No obstante, haciéndolo a un bajo nivel de exigencia y que en ningún caso implican que a corto o medio plazo se reintegre en el trabajo como los demás. Nadie se atreve a dar plazos visto lo visto.

Filipenko y Albentosa fueron dos soluciones de urgencia para paliar la prolongada ausencia de Flavio, a quien se fichó con la esperanza de que en España explotara las buenas condiciones que había mostrando en Portugal pese a su juventud. Dentro de doce días cumplirá 24 años y, según afirma a sus allegados, los dolores que padece son más propios de una persona mayor. Los directivos empiezan a resignarse a que hay serias opciones de que sea difícil recuperarlo para competir al nivel que se esperaba de él a largo plazo. De hecho, había voces en la dirección deportiva que cuando fue incorporado hace dos veranos mostraban su convencimiento de que en el futuro lo iban a vender por un suculento dinero dada su proyección.

Flavio firmó un contrato de tres años que finaliza el próximo 30 de junio, aunque el documento incluía una opción para ampliarlo uno más. Desde el Málaga aseguran que es pronto para determinar qué harán llegado el momento; entienden que hay que dejar pasar el tiempo y confiar en la evolución física del jugador para que pueda reaparecer esta temporada después de que la pasada no pudiera disputar un encuentro (sí llegó a sentarse en el banquillo tras entrar en un par de convocatorias). Pero optimismo, desde luego, no hay mucho.