El azar, lo macabro y la cruda realidad zarandearon a su antojo al Málaga. Que irradiaba la mayor alegría de la temporada en su nube de éxtasis cuando entre los tres lo agarraron por el pecho para devolverlo al infierno del descenso. En un puesto superior al último, pero que sabe amargo tras un sudadísimo 2-0 que le dejaba decimoquinto y mayor ánimo para combatir esta tormentosa temporada. Empatar era un bajonazo antes de arrancar el choque, hacerlo tras desperdiciar una ventaja de dos goles entre los minutos 83 y 86 es cargar otro saco de frustración a una temporada que, cumplido el primer tercio liguero, ya pesa más de la cuenta.

El empate es más doloroso por lo que se dejó de ganar que por los dos puntos que se perdieron. Durante una hora el Málaga había construido el trampolín perfecto para invocar el esperado punto de inflexión. Con juego y pundonor, había mandado un mensaje a la Liga de insatisfacción, de reivindicación y hasta de comunión con su lastimada parroquia. Convirtiendo cada palo en las ruedas, sobre todo arbitral, en un reto superado. El equipo necesitaba un impulso así y lo estaba consiguiendo. Y se rompió todo en esos malditos tres minutos, en dos goles clónicos, uno por la derecha y otro por la izquierda, pero con un guión idéntico. En cuanto a aciertos del Granada y errores propios al no despejar con contundencia y no fijar bien las marcas en el corazón del área. La temporada ha tenido infortunio, errores arbitrales y demasiadas lesiones; pero también desatenciones como las de anoche, esos mazazos que penalizan muchísimo a un equipo que necesita mucho más para hacer gol.

El partido, extrañísimo, tuvo varias vidas. Un Málaga dominante sin suerte en el remate y con fortuna para adelantarse en el descuento de la primera mitad. Que se puso 2-0 mientras La Rosaleda aún echaba la bilis por la discutida expulsión de Tissone. Que jugó plácidamente con diez porque el Granada no supo manejarse en superioridad, pero que tuvo una reacción exprés cuando los de Gracia ya se metían el partido en el bolsillo. El frenesí de emociones para dos equipos que sufren en zona de descenso es demasiado castigo para los corazones.

El Hyde blanquiazul se llevó por delante una noche que estaba siendo apoteósica desde lo emocional. Ahí quedan las celebraciones de Charles y Pablo Fornals en sus goles, repletas de rabia. El brasileño, que marcó en un escorzo grandioso, estuvo un minuto gritando y le dio un cabezazo al banderín de córner; Fornals mudó su insultante cara de niño para convertirse en un manojo de venas hinchadas y se fundió en un abrazo coral con un banquillo enardecido que todavía digería la tempranera expulsión de Tissone. Y es que el Málaga había roto las cadenas, lo que no había conseguido en toda la temporada, ganar desde el corazón y el fútbol, en un torrente de ganas por los tres puntos y una respuesta corajuda ante la roja que no debió ser y las que sí deberían haber sido. Detrás de esa oleada de rabia emergía un nuevo Málaga, más esperanzador.

Pero el equipo blanquiazul, agigantado, recibió dos flechazos en los tobillos y acabó mordiendo el suelo. Porque Charles encontró el tino que se le había negado, Pablo Fornals abanderó la ilusión y Juan Carlos parecía Flash por su carril. Si bien la radiografía de los goles, la falta de ayudas y de buena ocupación del área puso en bandeja la igualada para el Granada. La crisis continúa ahí, aunque puede que el Málaga haya encontrado un nuevo camino por el que emerger. Sepultada bajo el varapalo queda la promesa de un equipo más ofensivo, convencido, unido y valiente.

Árbitro: Estrada Fernández (catalán). En apenas unos minutos se le escapó el partido de las manos. Se excedió en la segunda amarilla que mostró a Tissone, obvió la segunda de Rober Ibáñez y pudo haber sacado la roja directa a Miguel Lopes por una patada a Juan Carlos. Tanto un equipo como otro reclamaron penaltis que en la televisión se vio que no eran tales.

Tarjetas: Rojas Tissone (38' y 53'). Amarillas Lombán (27'), Rosales (51'), Miguel Lopes (56'), Rober Ibáñez (65'), Miguel Torres (65'), Javi Márquez (75'), Foulquier (90') y Rochina (92').

Goles: 45' Charles. Recupera la bola Recio, Miguel Torres coloca un buen centro al primer toque y el brasileño hace un buen escorzo para ponerle un cabezazo imposible a Andrés Fernández. 57'Pablo Fornals. Saca rápido una falta Juan Carlos, Charles centra para Amrabat, su remate lo despeja Andrés Fernández y el canterano remacha de volea para que la bola entre tras botar en el terreno de juego. 83'El Arabi. Buen centro lateral de Foulquier y mejor cabezazo a gol del delantero, que le gana la partida a Angeleri en el salto. 86'Rochina. Jugada similar pero desde el otro flanco, con Biraghi centrando y el valenciano cabeceando al segundo palo.

Incidencias: Partido de la decimotercera jornada de la Liga BBVA disputado en el estadio de La Rosaleda ante 22.931 espectadores, según datos oficiales. Buena convivencia en las gradas con los aficionados visitantes.