Espanyol-málaga cf

Desnudo con ropa (2-2)

  • El Málaga se ve desarbolado por el Espanyol durante una hora, pero rescata un punto con tantos de Llorente y Charles La fragilidad defensiva, un problema de correción obligada

Se compite con buenos jugadores, pero la actitud no se negocia. En el concepto de competitividad va incluido el colmillo, la capacidad de acariciar tibias, de morder, meter brazos. Las ganas, el hambre. Durante una hora adoleció de todo ello el Málaga. Sí lo exhibió en la media hora final para rescatar un punto en Cornellá, cuando ya se daba el partido por perdido (de 2-0 a 2-2) tras ser desarbolado por un brioso Espanyol. Y ello deja un poso de esperanza para no encender la alarma. Pero toca hacer un análisis introspectivo en las oficinas malaguistas. Hay puntos de mejora. Además de la portería y la delantera, el centro de la defensa es un boquete. El equipo tiene carencias serias. Posee jugadores de cierto (supuesto, en algunos casos) talento el Málaga, pero de momento no es un bloque armado. Lógico en la segunda jornada de Liga. La media hora final amortigua ese desasosiego. La Liga ha desnudado al equipo de Juande, desordenado anoche en Cornellá. Dos balones colgados acabaron con goles de Diego Llorente y Charles. El punto sabe a caviar tras ver 60 minutos, pero hay que dimensionar. El aparente buen trabajo de oficinas se había revestido, en una pretemporada amable y alegre, de oropel para anunciar un  temporadón y soñar con Europa. De momento, el campo dice que toca conseguir los 43 puntos. Quedan 41.

El Málaga compareció rebasado por intensidad, deseo y ganas, con detalles preocupantes de la pareja de centrales y por un mediocentro que hacía aguas. Si Camacho no está con la mente en otro sitio lo disimula bien. Mala prestación del buque insignia de este equipo, capitán del naufragio parcial. Un equipo largo, falto de pegamento. Un entradón de Ricca en el minuto 9 a Hernán Pérez denotaba nerviosismo. Una pérdida absurda e inocente en el centro del campo propició un boquete en el medio de la defensa. El parsimonioso y heterodoxo Koné, de dudosa fiabilidad, dejó un boquete en su parcela. Y Llorente, tan buenas condiciones como verde y blando, permitió a Gerard Moreno caracolear y acomodarse a su pierna buena en la frontal. Desvió el zurdazo del catalán para que Kameni tuviera una excusa. 1-0 y a remar. Se habla mucho del portero y del delantero. Hay que plantearse seriamente lo del central antes del cierre del mercado. No se puede depender de la salud de un Weligton glorioso pero mayor.

 

Habían quedado algunas pinceladas de Jony, algún esporádico arranque de un acelerado Keko, el alboroto sin peligro real de Sandro. Y, claro, las gotas de calidad de Juanpi. Pero nada tangible. Un gol bien anulado a Álvaro en una falta no muy bien defendida permitió respirar. Un disparo de Juanpi tras una conducción fue el último susto antes del paso por el vestuario. Miguel Torres por Ricca, se supone que por la tarjeta del charrúa, fue la respuesta de Juande, que también cambió de perfil a Koné y Diego Llorente (ahora, la derecha para el burkinés y la izquierda para el madridista).

 

Siguió la tónica, con dominio del Espanyol nítido. Puso en liza Juande a Charles por Recio, con lo que Juanpi se retrasó. Demuestra más el brasileño que Sandro, que tiene galones hasta para tirar faltas pero que se queda en el casi. Barullo sin definición hasta ahora. Pegó el Espanyol en una falta. Se desaplicó Diego Llorente y Gerard Moreno le ganó partida para cabecear el buen centro de Piatti. El madrileño debe endurecerse porque la pinta de buen jugador la tiene. Pero siendo tan blando no será jugador de superélite, como pudiera. Se desquitó en parte con el 2-1, cinco minutos después. Un despeje de Roberto le dio en la cabeza y el madrileño abrió su cuenta.

Cambió ahí el partido. En la jugada anterior al tanto malaguista Hernán Pérez tuvo el 3-0 después de la enésima pifia de Koné, que le habilitó para que driblara a Kameni.

Pero el paraguayo tiró fuera, escorado. Y en esos dos detalles, cómo es el fútbol, cambió todo. Juande metió a En-Nesyri, que pudo hacer el empate si Charles le hubiera visto. Percutió Jony, el más regular en ataque. Juanpi la pidió. Pero el empate llegó con otra pelota larga que Charles convirtió en oro.  

 

El Málaga se va invicto al parón, con dos puntos y sensaciones contradictorias. Hay mucha faena. Y hay que fichar.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios