La Rosaleda celebró su 75º cumpleaños y En-Nesyri rompió la piñata. En la retina del estadio hay grabados goles espectaculares, históricos, centenarios. Algunos de ellos están señalados en rojo por lo que supusieron. Quién no guarda en el imaginario aquel obús de Miguel Ángel ante el Numancia en un córner (a lo Mendieta). O la chilena in extremis de Baptista frente al Getafe para que el equipo durmiera líder. El tanto de En-Nesyri está opositando a esa colección. Pero necesita algo que esos otros consiguieron: crear un viento a favor. Por lo pronto, el del marroquí valió para lograr el primer triunfo en Liga. Hoy, en el Benito Villamarín, está en manos del Málaga demostrar que esa remontada al Eibar rellenó los depósitos de confianza para empezar a carburar de verdad.

El domingo había amago de crisis y mañana puede ser que el barco blanquiazul empiece a coger velocidad de crucero. La medicina de los puntos es súbita. Conseguir seis en apenas tres días es la mejor terapia para que el técnico vaya acertando en la elección de hombres y sistema y para que sus jugadores lleven al papel esa presunción de equipo que puede pugnar por los puestos europeos.

Juan Carlos y Weligton se han quedado por el camino, y no ha habido mucho tiempo para la recuperación física. No ha transcurrido demasiado campeonato como para pensar en cansancio, pero las rotaciones vuelven a asomarse por el entorno de Juande.

Cabe pensar, porque el técnico acabó satisfecho, que el sistema se mantendrá. Lo agradecería Sandro, quien al fin mostró de lo que es capaz. Ni como delantero ni en banda, libre para moverse por sus posiciones de ataque, llegaron sus mejores acciones. Mucho tiene que ver que esa anarquía táctica se pareciera a cómo jugaba en el Barcelona. Marcó un gran tanto y ello le animó a echarse al equipo encima. Reforzado y con bastante rabia expulsada, se le espera en Sevilla a buen nivel para compartir la delantera con Charles.

Fue En-Nesyri quien terminó de romper el encuentro, si bien Juande se mantendrá firme acerca de su dosificación. Tan extraño resultaría verlo en el once inicial como que no tenga minutos. Más aún frente a un Betis que está mostrando muchas grietas defensivas y que puede dejar los huecos que mejor le vienen a las condiciones físicas del joven internacional. Está con la flecha para arriba y el técnico no es tonto, sabe que esa irreverente juventud puede aportar mucha frescura al ataque.

Está por ver qué ocurre con Keko y Jony. Los nuevos Zipi y Zape estaban llamados a hacer diabluras como extremos puros. Sin embargo, al entrenador blanquiazul le gustó la solución de Juanpi y Chory Castro más como interiores abriendo pasillos. Solución temporal por la aglomeración de partidos o principio de un nuevo modo de atacar, esta noche saldremos de dudas. No parece, de todos modos, que se vaya a prolongar la suplencia de ambos porque están llamados a ofrecer grandes cosas esta campaña.

El Betis también anda de reconstrucción. Cambió la dirección deportiva, el banquillo y prácticamente todo excepto su Santísima Trinidad: la seguridad de Adán, la definición de Rubén Castro y el carisma de Joaquín. El arranque es prácticamente el mismo que el del Málaga, cinco puntos y malas sensaciones en torno a las ideas de Poyet. El charrúa, una suerte de Simeone y Mourinho, perdió el derbi, pero empezó a jugar el choque contra los de Juande en la misma sala de prensa, deslizando una especie de complot arbitral contra su equipo. El nivel de decibelios del Villamarín sobre Álvarez Izquierdo, colegiado de silbato rápido, puede ser uno de los factores a tener en cuenta.

Las lesiones facilitarán algún despeje de incógnitas a Juande. Como la del acompañante de Camacho. El experimento de Kuzmanovic en el doble pivote salió bien. Comoquiera que Recio anda con problemas físico, no tendrá que plantearse nada, el serbio continuará para dar empaque al centro del campo y liberar al maño de trabajo. Es buen momento para acertar con las decisiones.