El Málaga ya ha cerrado un tramo inicial de calendario en el que a priori iba a tener partidos más accesibles. Osasuna, Espanyol, Villarreal, Las Palmas, Eibar y Betis. En condiciones normales, la pesca debería haber dado al menos la mitad de puntos, nueve. Sin embargo, son sólo cinco los que poseen los de Juande Ramos, hecho que además hace que esté empatado con varios equipos en zona de descenso. La lógica de pensamiento debería llevar a preocupación porque ahora se inaugura un tramo más empinado: Athletic, Alavés, Leganés, Atlético de Madrid, Sporting y Barcelona aguardan. Para colmo, los dos recién ascendidos están sorprendiendo a domicilio y el Málaga los recibirá en Martiricos. Pero también se impone la lectura contraria: por la forma de jugar del equipo, igual llega el momento de ver lo mejor de la plantilla.

No en vano, a nadie se le escapa que la velocidad es la principal arma del Málaga. Cuando a muchos conjuntos les podría venir fatal el rol de dominados, el de Juande Ramos podría sentirse bien cómodo agazapado esperando el momento para correr al contragolpe. Incluso la presión de tener que salir a por el resultado. Equipos como Athletic, Atlético o Barcelona, por cuestión de presupuesto e historia, estarán más obligados a salir al campo a por el triunfo. Y aún no ha dado tiempo a comprobar cómo se desenvuelve este nuevo Málaga en ese tipo de escenario.

Sea o no más cómodo para los blanquiazules ese traje, lo cierto es que la situación clasificación obliga a reaccionar frente a esta suerte de equipos. Sin duda, servirá para calar las hechuras del conjunto blanquiazul, al que le está costando bastante cogerle el pulso a la competición. Puede ser que la calidad de los Sandro, Juanpi, Jony o Camacho salga a relucir en estos partidos, aunque, desde el punto de vista contrario, hará falta que el sistema defensivo se ajuste bastante para no pasar apuros. La línea de atrás es la gran señalada en estos primeros partidos de Liga. No sólo a título individual, sino que en general el balance defensivo no funciona. Llama la atención, por ejemplo, que en los últimos dos partidos, con Camacho y Kuzmanovic pivote, no haya habido más seguridad en torno a los centrales debido a su contundencia defensiva. De los de atrás, Koné en los primeros partidos, así como Llorente con algunos fallos que han costado goles, han estado en el ojo del huracán. El de Burkina Faso ha dado un paso al frente en los últimos partidos, si bien tuvo que para en el Villamarín. Levantar cabeza es necesario. Si llega ante rivales difíciles, el refuerzo anímico será tremendo.