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Aguas por todas partes

  • Vitoria ahondó en los males del Málaga: los jugadores decisivos no estuvieron a la altura, los que entraron como alternativa por las bajas tampoco respondieron y Juande continúa sin acertar.

Juan Carlos hizo de extremo en Vitoria. Con Chory Castro jugando por dentro y Jony sentado en el banquillo. La radiografía define lo que es el Málaga en la actualidad. El que debería estar no juega, el que era la última opción es rescatado como titular para hacer la enésima prueba; y el que tenía que competir un puesto lo hace por otra zona. Si el Málaga cuenta con nueve puntos es porque ha demostrado mucha raza al verse por detrás en el marcador. Todos los puntos sumados, salvo el del empate contra el Osasuna en la primera jornada, fueron fruto de superar las adversidades. Pero ello no esconde los despropósitos, que continúan sucediéndose. Mendizorroza suponía un nuevo escenario: comprobar que podían hacer los nuevos elegidos para cambiar el panorama. La respuesta fue la misma que en otros encuentros: el equipo aún no sabe a qué jugar.

Mikel Villanueva y Pablo Fornals fueron los nombres propios que pescaron en la marea de tantas bajas acumuladas. El central venezolano debutó en la competición. Dentro del mal tono colectivo, no se le puede meter en el club de los peores, ni mucho menos. Ahí estuvo implicado en la desafortunada jugada en la que entre Kameni y Diego Llorente pusieron en bandeja el tanto a Deyverson, aunque la responsabilidad no debe recaer en él. Mostró buenas maneras a la hora de sacar el balón de atrás y trató de no complicarse cuando le encimaban o el Alavés se desplegaba con peligro en ataque. Peor tono mostró el castellonense, que hizo mala lectura de tanto tiempo sin jugar. Quiso agradar más de la cuenta y ello le llevó a algunos fallos evitables, sobre todo uno muy grosero como último hombre haciendo un recorte que costó una clamorosa ocasión en contra -por suerte, sin consecuencias-.

En ausencia de tantos futbolistas, los más destacados no tiraron del carro. Sandro perdió infinidad de balones arriba, Camacho aún dista de ser un futbolista continuo y Juanpi se precipitó demasiado cuando le tocó entrar. Qué decir del fallo de Kameni, otro de los que no suele errar.

El técnico, por su parte, dejó a todos boquiabiertos con ese once sorprendente. Las ausencias le obligaban a tirar de los menos habituales, pero esa revolución táctica estaba fuera de guión: Rosales interior, Llorente medio centro, Fornals, Chory Castro y Juan Carlos fuera de su posición habitual. Incluso la ubicación de Juanpi en el doble pivote cuando cayó el central sorprendió. Por novedoso y por apilar demasiados movimientos de piezas a la vez.

Una semana más, el partido arrojó la conclusión de que este equipo está muy verde y poco trabajado. Ni jugadores ni técnicos están sabiendo adaptarse a la situación. A saber para cuánto darán esos arreones de raza que han aparecido en los últimos meses para evitar males mayores.

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