Era un día especial en La Rosaleda. Se recordaban muchas historias que ha deparado la competición europea al conjunto de Martiricos. Hay muchas anécdotas y pocos fueron los que decidieron perdérselo. Era el juvenil campeón de España y era atractivo verlos en un tapete que engalanó para la ocasión.

Uno de los personajes más destacados en la tribuna de La Rosaleda en la tarde de ayer fue Juande Ramos. El técnico ciudadrealeño no es muy frecuente en los encuentros de las categorías inferiores. De hecho, esta temporada aún no se ha dejado ver por la Federación o El Viso para ojear a futuros candidatos a dar el salto en directo. Sí lo hizo a su llegada, en la fase de ascenso del filial y la Copa de Campeones del Juvenil A. Por ello, verle en el gradería junto al director deportivo, Francesc Arnau, fue una nota positiva para todos y un aliciente para los jugadores.

Al-Thani y sus hijos Nayef, Rakan y Hamyan tampoco se perdieron la goleada de los juveniles. En concreto, el mayor de sus hijos, Rakan, ya estuvo en la ida en Nitra en la que se cosechó aquel vibrante 2-3. A su hija Hamyan es ya habitual verla en muchos encuentros de las categorías inferiores, sobre todo con los conjuntos femeninos, por lo que no llamó la atención.

El jeque se pasó minutos antes de que arrancara el partido por el vestuario de los chicos de Sergio Pellicer para desearle suerte. Fue efectioa.

Las gradas presentaron una imagen pobre. Casi se alcanzaron los 3.500 aficionados, pese a que se vendieron alrededor de 4.500. La distribución de éstas, repartidas por la zona baja de todo el campo, dio la sensación de vacío pese a que fue una cifra récord para un encuentro de esta categoría. En Gol se pudo ver a un grupo muy reducido de la Grada de Animación que pese a ello, se hizo oír y animó a todo el estadio.