Cuesta creer que Pablo Fornals acumule sólo 141 minutos en lo que va de Liga. En otras palabras, el de Castellón es el cuarto jugador con menos peso sobre el verde, delante únicamente de Duda, Mikel y Weligton. Demasiado ostracismo para un futbolista que tomaba esta 2016/17 con la convicción de dar un paso diferencial en su carrera después de su imponente irrupción. Sin embargo, el ya internacional absoluto no encuentra acomodo en los esquemas de Juande y, ante la baja de Juanpi, tiene una oportunidad de oro de redescubrirse mañana ante el Leganés... siempre y cuando su técnico le coloque en el once inicial.

Huelga decir que las numerosas bajas, sobre todo la del 10 venezolano, abren de par en par las puertas de la titularidad a Fornals, que disputó los 90 minutos en Mendizorroza. Precisamente, su despliegue en Vitoria es lo que crea dudas en Juande, que bien podría situar a Duda en la mediapunta, toda vez que Kuzmanovic parece que recuperará la manija en el eje junto a Camacho. Perdida la opción de actuar en el doble pivote (Juande lo situó ahí ante la falta de recursos), el puesto por detrás del delantero es el único en el que parece tener cabida el castellonense. Y ahí está Juanpi, probablemente el mejor del Málaga en lo que ha dado de sí el campeonato.

Todas estas circunstancias han llevado a Fornals a tener un papel prácticamente residual en el equipo y que, en las oportunidad que ha tenido, las ganas de agradar le hayan superado. Cada minuto es un nuevo examen para el castellonense. Un futbolista que, por condiciones y edad, debe sumar minutos para continuar con su evolución. Un talento que deslumbró el pasado año y que, ahora, recoge las migajas en forma de minutos.

Es por eso que no verlo de inicio ante el cuadro de Garitano supondría un claro mensaje para él. La confirmación de que tiene demasiadas piezas por delante suya y, lo peor de todo, que Juande no termina de verlo preparado para lo que él desea proponer. Un planteamiento, a todas luces difuminado, pero que aparta a Fornals de los focos.

Esos mismos que no le cegaron cuando Gracia le dio mando en plaza. Con confianza, Fornals fue capaz de asombrar al fútbol español, sin temor a ponerse delante de cualquier futbolista. Sirva como ejemplo el delicioso regate que le plantó a Busquets, o la jugada en la que bailó a media defensa del Real Madrid en el empate cosechado en Málaga.

Actuaciones que no pasaron desapercibidas para Del Bosque, que llamó al de Castellón para que ayudar en la concentración previa a la pasada Eurocopa. Lejos de acomodarse por los reconocimientos, Fornals fue una de las grandes noticias de la pretemporada. Tres goles, uno de ellos sensacional al Colonia, parecían darle galones en este Málaga. Jugando detrás del punta, en el doble pivote o escorado a banda, el 31 blanquiazul reafirmó que el talento se le cae de los bolsillos.

Pero las pretéritas actuaciones no fueron suficientes para Juande, que tiene un diamante al que no encuentra la vía para pulir aún. Quizá el partido de mañana, delante del malaguismo, sea el punto de partida para ver al verdadero Fornals. La coyuntura parece diseñada para el castellonense. Si Juande apuesta por él ante los de Garitano, Fornals arriesgará al doble o nada.