Málaga, de ayer a hoy

Del chabolismo al 'Manhattan' malagueño

  • La Malagueta: Hasta los años 50 fue uno de los barrios marginales de la ciudad ocupado por numerosas chabolas ante el grave problema de la vivienda que supuso la inmigración.

Lo que hoy en día es uno de los barrios más exclusivos de la capital, fue hasta no hace tantas décadas no de las zonas más marginales en las que el chabolismo y la infravivienda formaban su fisonomía. La perspectiva de un barrio marginal, de calles terrizas y sin urbanizar, carentes de los mínimos servicios como alumbrado, alcantarillado o agua a domicilio era una realidad en los años 50. La calle Arenal era uno de los puntos de la ciudad donde convivían chabolas o villalatas construidas con viejos tablones de madera. Era una zona cercana a la playa, a la antigua fábrica de electricidad y a la vía del tren suburbano que todavía entonces discurría por la calle Vélez-Málaga hacia el este, pero totalmente a espaldas de la Plaza de Toros de La Malagueta y del residencial Paseo de Reding.

Unos informes de 1944 cifraban la cantidad de chabolas en La Malagueta en 155, en las que habitaban unas 775 personas. En 1956 eran casi 200 infraviviendas que alojaban a más de 1.000 personas, mientras que en todos los núcleos chabolistas de la ciudad vivían unas 22.000. El barrio de La Malagueta, surgido sobre una lengua de tierra dejada por el mar tras la ampliación del muelle de Levante en el siglo XVIII, se convirtió en una zona residencial durante la segunda mitad del siglo XX. Según el historiador Víctor Heredia, la expansión hacia el litoral oriental estuvo muy condicionada inicialmente por los litigios entre las autoridades municipal y militar por la titularidad de los terrenos comprendidos entre el muelle de Levante, el camino de Vélez y la playa hasta la fábrica de azúcar, formados por el depósito de arenas durante el siglo XVIII.

El levantamiento del plano de alineaciones de La Malagueta en 1866 ejecutado por el arquitecto municipal Trigueros, a raíz de una solicitud de Tomás Heredia para reformar casas y almacenes, permitió que comenzara inmediatamente la urbanización del nuevo barrio y que, en consecuencia, se abrieran las puertas para crecer hacia el este. A partir de los años 50 La Malagueta comenzó su transformación desde una zona marginal, próxima al centro pero alejada de todo, hacia un barrio céntrico y con un mayor estatus socioeconómico. En la década de los 70, explicó el experto, representó el máximo exponente de la modernidad y del progreso, hasta el punto de ser definido con cierta ambición como el Manhattan malagueño debido a la elevada altura de los edificios que lo poblaron. 

Chabolismo como seña de identidad

Desde principios del pasado siglo surgieron en áreas marginales de la ciudad varios núcleos de chabolas en los que se asentaba la emigración que afluía desde las comarcas rurales. Esta emigración no encontraba sitio en los ya hacinados barrios obreros y buscó alojamiento en urbanizaciones marginales. La situación se agravó tras la Guerra Civil y hasta 1980 el chabolismo permaneció como seña de identidad.

La vía que lo transformó 

Una de las actuaciones que modificó el barrio de La Malagueta fue la apertura de una avenida que comunicaba el Parque y el Paseo de los Curas con el paseo marítimo. La nueva vía, que se fue conformando entre los años 50 y 60 recibió el nombre del ilustre estadista malagueño Antonio Cánovas del Castillo y atravesaba lo que había sido un desangelado conjunto de almacenes y chabolas vinculadas a la pesca.


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