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Un año de convulsión con Maduro

  • Primer aniversario del triunfo en las urnas del presidente venezolano El líder opositor Capriles sigue negándole legitimidad

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, conmemora el primer año de su cerrado triunfo electoral sobre el opositor Henrique Capriles, con el que dio inicio a un Gobierno que asegura defender el legado del mandatario Hugo Chávez.

Las elecciones del 14 de abril de 2013 fueron convocadas por la muerte de Chávez, quien un año antes había ganado una tercera reelección pero no pudo jurar para el nuevo período y murió el 5 de marzo.

Maduro dijo en una entrevista con el canal privado Venevisión, trasmitida la noche del domingo, que su triunfo electoral fue gracias al heroísmo del pueblo. "Eso ameritó de una gran conciencia del pueblo y logramos una victoria heroica frente a una campaña mediática, una fuerza económica de nuestros adversarios, frente a un candidato que tenía por lo menos 14 años preparando su candidatura. Fue una victoria de la conciencia del pueblo, es la heroicidad de un pueblo que se repuso a sus dolores", aseveró el líder bolivariano.

Capriles no reconoce a Maduro como presidente legítimo desde la noche del mismo 14 de abril de 2013, proceso que impugnó judicialmente en mayo.

La impugnación del candidato y otra similar de la Mesa de la Unidad de Capriles fue rechazada posteriormente por el Tribunal Supremo de Justicia, que convalidó lo actuado por el Consejo Nacional Electoral.

Según el escrutinio oficial, Maduro se impuso a Capriles por poco más de 200.000 votos (menos de un 1,5 % del electorado), resultado desconocido por la oposición y que dio paso a una fase caracterizada por enfrentamientos políticos, agravados en los últimas semanas.

El movimiento de protestas más largo del país, que se inició el 12 de febrero pasado y ha dejado 41 muertos y más de 600 heridos, es desacreditado por Maduro como un plan "terrorista" para impulsar un golpe de Estado, aprovechando el caos en las calles. El presidente alega que se trata de un "golpe suave, un tipo de guerra no convencional para descomponer desde adentro al país". "Se pretendía repetir la fórmula de llevar al país a una confrontación violenta generalizada con un número de víctimas para aislar al país, intentar forzar la renuncia del presidente o lograr la intervención externa", alegó.

"El vandalismo, el terrorismo tiene que acabarse, eso va contra la sociedad. La violencia como método político no puede volver a Venezuela, tiene que acabarse y nosotros como gobierno tenemos que derrotar la insurgencia armada que apenas está naciendo", agregó. Maduro y la alianza opositorade la MUD preparan la segunda jornada del diálogo nacional, que se celebrará hoy.

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