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Turquía, diana del espionaje alemán

  • Berlín escuchó de forma "fortuita" una conversación de Kerry y otra entre Hillary Clinton y Kofi Annan

El espionaje alemán quedó ayer comprometido por revelaciones que apuntan que escuchó "por error" conversaciones de Hillary Clinton y John Kerry y que hizo un seguimiento sistemático a Turquía, en contradicción con la afirmación de la canciller germana, Angela Merkel, de que entre aliados no se espía. Un mes después de pedir al jefe de la CIA que abandonase Alemania por prácticas de espionaje "entre amigos" y de la detención de un doble espía alemán que filtró a Estados Unidos documentos internos, los servicios secretos de la canciller se han visto obligados a dar explicaciones sobre su propias escuchas.

Primero fueron las informaciones difundidas el viernes por el diario Süddeutsche Zeitung y las emisoras públicas NDR y WDR, según las cuales el BND -espionaje exterior- había captado una conversación telefónica de Clinton, cuando era secretaria de Estado de Estados Unidos con el ex secretario general de la ONU Kofi Annan.

A esta escucha aparentemente "fortuita", cuya existencia reveló un análisis de los documentos filtrados por el doble espía citado, siguieron ayer otras informaciones, ahora del semanario Der Spiegel, que indican que no se trató de un caso excepcional.

Al menos en otra ocasión hubo una escucha "por error", asimismo comprometedora, al sucesor de Clinton y actual secretario de Estado, John Kerry, mientras que Turquía, miembro de la OTAN desde 1952, está entre los "objetivos prioritarios" del espionaje alemán.

A falta de explicaciones del BND, los propios medios que han difundido estas informaciones parten del hecho de que las escuchas de llamadas vía satélite a Kerry y Clinton se produjeron a través de su red de observación en regiones en conflicto.

La de Kerry habría sido en 2013, a través de la red de escuchas en Oriente Próximo, mientras que la de su antecesora se produjo al parecer en un viaje de Clinton, en 2012, a propósito de la situación en Siria.

Tanto Der Spiegel como Süddeutsche Zeitung inciden en que se trató de escuchas fortuitas que, inexplicablemente, no fueron borradas a continuación como habría sido lo correcto. También apuntan a que este tipo de situaciones se han producido anteriormente -incluso durante décadas- y que, al margen de su presunta gravedad, han dado a Kerry el as que precisaba, cuando su homólogo alemán, Frank Walter Steinmeier, le instó a aclarar los casos de espionaje masivo por parte de Estados Unidos sobre sus aliados.

La fuente de esas comprometedoras informaciones son los 218 documentos que filtró a Estados Unidos el agente identificado por los medios como Markus R., detenido por orden de la Fiscalía Federal en julio y que ha confesado parte de los cargos que se le achacan.

Fortuitos o no -en el caso de Turquía-, estas acciones comprometen al BND y refuerzan la opinión entre la oposición de que ni Merkel ni su Gobierno quieren ahondar en el asunto, puesto que también sus servicios de espionaje realizan esas prácticas.

Las informaciones periodísticas entran así en el delicado tema de las escuchas -al teléfono móvil de Merkel, por un lado, y a las comunicaciones de millones de ciudadanos, por el otro- que han minado las relaciones de Berlín con Estados Unidos, su gran aliado transatlántico.

Merkel insistió entonces, y ha repetido cada vez que se le preguntó, que el espionaje entre aliados es intolerable. Sin embargo, hasta ahora Washington no ha dado respuestas sólidas a las reiteradas peticiones de esclarecimiento presentadas por la Fiscalía Federal que investiga al doble espía o la comisión creada en el Parlamento Federal (Bundestag) a ese efecto.

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