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La Guardia Costera italiana rescató a 10.000 inmigrantes en los últimos días

  • Los guardacostas siguen sin localizar a los 400 desaparecidos tras hundirse su embarcación, que había partido de Libia Human Rights Watch denuncia la "intolerable pasividad" de la UE

El servicio de guardacostas de Italia comunicó ayer que ha socorrido en los últimos días a casi 10.000 inmigrantes en embarcaciones en riesgo o que naufragaron en el Mediterráneo, una ayuda que sin embargo no ha evitado la desaparición de al menos 400 personas.

La cifra de rescatados fue difundida por la Guardia Costera italiana, que trabajó y sigue haciéndolo en distintas operaciones en colaboración con la Guardia de Finanzas y la Marina Militar, para prestar ayuda a los supervivientes de los hundimientos y también para buscar a los desaparecidos.

Precisamente una de esas operaciones está centrada en encontrar a los desaparecidos de una embarcación que, al parecer, se hundió a 80 millas de las costas de Libia y cuyos supervivientes relataron el martes a la organización Save the Children que junto a ellos navegaban 400 personas más, de las que todavía no se tienen noticias.

Hasta el momento, los servicios de los guardacostas italianos encontraron 9 cadáveres y rescataron a 144 personas de esta embarcación, según confirmaron el martes, en lo que ya se interpreta como una nueva gran tragedia de la inmigración en el Mediterráneo.

Del testimonio de los rescatados se ha podido saber poco más que su barco naufragó sólo 24 horas después de partir desde Libia con destino a Italia y que entre las víctimas habría "muchos jóvenes, probablemente menores", contó Save the Children, que no precisó la cifra de desaparecidos.

La embarcación naufragó después de que sus pasajeros se agolpasen en uno de los lados al avistar un barco, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

La situación geográfica de Italia, próxima a las costas africanas, permite la llegada de un elevado flujo de inmigrantes que ahora se incrementa con la llegada del buen tiempo.

Al país mediterráneo llegan numerosos refugiados que huyen de sus países en conflicto, especialmente de Libia, sumida en una crisis desde la caída, hace cuatro años, de la dictadura de Muamar el Gadafi.

Pero no sólo proceden de África, sino que también lo hacen de países de Oriente Próximo, como Siria o Iraq, según refirió recientemente el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) en Roma.

De confirmarse, la cifra de los 400 desaparecidos superaría a la de las 366 personas que fallecieron el pasado 3 de octubre tras hundirse su barcaza frente a las costas de la isla italiana de Lampedusa, según los testimonios de los supervivientes.

Precisamente este hecho fue el desencadenante para que el Gobierno italiano pusiera en marcha el dispositivo Mare Nostrum que, durante un año, permitió el rescate de 100.250 personas y el arresto de 728 traficantes, según cifras del Ministerio del Interior.

Pero este sistema, foco de críticas principalmente de la oposición, que acusaba al Gobierno de gastar recursos económicos del país en éste y no en otros asuntos, fue sustituido en noviembre por Tritón, un programa comunitario que patrulla las fronteras mediterráneas. Esta operación europea, con un presupuesto de 2,9 millones de euros al mes, dispone de menos recursos económicos que el italiano Mare Nostrum, que costaba 9,3 millones al mes.

La organización Save the Children ha advertido que muchos de los refugiados que son auxiliados cada día por las autoridades marítimas son "menores que viajan sin acompañante" y ha criticado el actual sistema de rescate desplegado en el Mediterráneo.

"El creciente número de muertes en el mar plantea, no sólo a Italia, sino a toda la Unión Europea (UE) y a sus miembros, el deber de responder con un dispositivo de búsqueda y rescate en el mar capaz de lidiar con esta situación. (...) Hasta la fecha, no existe tal sistema", denunció.

Entre las voces críticas también se alzó la de Human Rights Watch (HRW), que apuntó ayer su dedo acusador hacia la UE y su "intolerable pasividad". La ONG dijo en un comunicado que las noticias conocidas sobre los cerca de 400 inmigrantes desaparecidos deben "obligar a la UE a aplicar una vasta operación de búsqueda y rescate". "Si se confirman las noticias que llegan (...) se trataría de una de las mayores tragedias en uno de los tramos más peligrosos del mundo para los inmigrantes y solicitantes de asilo", dijo su directora para Europa y Asia Central, Judith Sunderland.

Mientras que las ONG piden que la UE garantice "una adecuada acogida" de estas personas, los centros de identificación italianos y muchos alcaldes de las localidades que reciben a los inmigrantes advirtieron de que están desbordados.

A toda esta situación se suma el hecho de que los presidentes de las regiones norteñas de Lombardía y Véneto, Roberto Maroni y Luca Zaia, respectivamente, ambos de la xenófoba Liga Norte, amenazaran con ocupar los centros, residencias o gimnasios donde son alojados los inmigrantes rescatados.

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