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La ola de violencia en Baviera sacude el país

Primero el ataque en un tren de Wurzburgo, luego el tiroteo de Múnich, ahora el atentado suicida en Ansbach: en apenas una semana, tres ataques sangrientos sacudieron al estado federado de Baviera, en el sur de Alemania. Las imágenes coinciden: pánico, muertos y heridos. Si bien los tres ataques no están relacionados, todo un país está conteniendo la respiración.

Además, un cuarto ataque sacudió otra ciudad del sur de Alemania, Reutlingen, aunque éste en el estado de Baden-Wurtemberg: un hombre de 21 años armado con un machete mató el domingo a una mujer e hirió a otras cinco personas.

El primer ministro bávaro, Horst Seehofer, resumió la situación ayer en pocas palabras: "Baviera está viviendo días de miedo". La semana que acaba de pasar no tiene precedentes en el pasado reciente. Las malas noticias azotan a los habitantes de Baviera y de todo el país con una velocidad pasmosa.

De repente, el miedo se siente muy cerca: ya no se trata de París, Bruselas y Niza, sino de tres ciudades bávaras, por más que los ataques no sean comparables entre sí.

Para muchos, ver los noticieros se ha convertido en algo insoportable. Policías con vasta experiencia de servicio dicen que por la mañana sienten miedo de mirar sus smartphones y leer las noticias.

El ministro del Interior de Baviera, Joachim Herrmann, de la conservadora Unión Social Cristiana (CSU) apareció ayer en su comparecencia ante la prensa marcado por los acontecimientos de los últimos días.

Se le veía cansado, tenso, afectado. Primero anunció, como "valoración personal", lo que repetiría más tarde a lo largo del día: que el atentado probablemente haya tenido un trasfondo islamista. Poco después, el autoproclamado Estado Islámico reivindicó el ataque suicida en Ansbach, que causó 15 heridos, cuatro de ellos de gravedad, además de la muerte de su autor.

Cuando innumerables flores tapizaban el lugar de los asesinatos en Múnich, sucedió lo de Ansbach. Pero esta vez sí fue un terrorista con una bomba en la mochila.

El esclarecimiento de los ataques aún podría llevar cierto tiempo. Hasta entonces, los habitantes de Baviera tienen un sólo deseo: que esta ola de noticias escalofriantes termine de una vez.

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