Cultura

Y la memoria prendió en Pedregalejo

  • El escritor y crítico Miguel Ángel Oeste debuta en la novela con 'Bobby Logan'

El fenómeno de la movida (o la nueva ola: cada uno lo llama como quiere, o como puede) que Málaga vivió a mediados de los 80 ha alimentado en los últimos años no pocos ensayos y exposiciones dedicados a menudo a ensalzar, a veces con excesiva condescendencia a la nostalgia, aquella etapa de esplendor. Pero la misma época presentó también algunos efectos colaterales, en cuanto parecía representar en la ciudad la apertura a algo nuevo que finalmente, y en muchos casos, quedó truncado. Éste es el paisaje que adopta el escritor, guionista y crítico cinematográfico Miguel Ángel Oeste para su debut novelístico, Bobby Logan (Zut), una obra que presenta un material humano encarnado en un grupo de jóvenes que intentan escapar de un presente sin futuro y una mediocridad sin solución posible mediante los encantos que les ofrecen la legendaria discoteca y su barrio, símbolos de su tiempo: borracheras, sexo, drogas, surf, peleas y otras formas de rebeldía contra una realidad insobornable como una losa.

Oeste arranca la novela con una cita de El gran Gatsby de F. Scott Fitzgerald que resume las intenciones de la misma: "Y así vamos adelante, botes que reman contra la corriente, incesantemente arrastrados hacia el pasado". El autor subraya en este sentido "la idea de perseguir un pasado que nunca se podrá atrapar y que si tratas de vivirlo de nuevo será frustrante, como una incapacidad de pasar página". Sobre esta conexión con el pasado a modo de condena, Oeste apunta que el gran tema de Bobby Logan es "el tiempo, la memoria, la forma, las únicas cosas que no piensas en la juventud. En este sentido, a medida que crecemos somos más que ninguna otra cosa memoria. Y la memoria siempre nos engaña. Está en su ADN. Y ese engaño forma parte de la imaginación, algo que termina siendo más respirable". El autor le da así la razón al italiano Cesare Pavese cuando éste afirma que "la imaginación es la ausencia de memoria".

Dada la estructura visual de Bobby Logan (aplaudida por escritores como Ignacio Martínez de Pisón y José Antonio Garriga Vela) y la experiencia de Miguel Ángel Oeste como autor de guiones de cine, casi resulta obligado preguntar al autor por una posible adaptación para la pantalla. Y responde: "Ni lo he pensado ni lo haría de inicio. De hecho, ya hay alguien que me ha dicho que le gustaría adaptarla y yo le he contestado que adelante, pero que yo no escribiré el guión, en todo caso le daré mi opinión y lo orientaré. De verdad creo que es bueno que otro de su visión de lo que quiere hacer, sin que el escritor imponga unos criterios que tal vez no comulgan con los del director". Oeste, que defiende respecto a Bobby Logan "el delirio de la ficción" por encima de posibles vínculos biográficos, tiene ya terminada otra novela sobre el "malogrado" músico Nick Drake, "que ahora es más conocido que en su época". Así que su voz promete continuidad. Será bienvenida.

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