publicación El arte como espacio de debate, a la búsqueda de ideas

Aproximación a Europa: una lectura del malestar

  • Los artistas malagueños Antonio R. Montesinos y Regina de Miguel impulsan un grupo de reflexión que reúne a varios creadores europeos y que ahora se concreta en un libro

La cadena de erupciones del volcán islandés Eyjafjallajökull durante marzo y abril de 2010 sometió a Europa a una situación de caos que puso a prueba su capacidad organizativa: los vuelos cancelados en todo el continente a cuenta de la ceniza volcánica modificaron drásticamente la imagen del territorio, que pasaba de inspirar la pretendida unidad y consolidación de su credo a parecerse a un cúmulo de fragmentos aislados, desordenados, sin conexión aparente, en la que todo quedaba condenado a la regresión. Hoy resulta casi escalofriante el modo en que aquella situación anticipó la descomposición de una Europa que ya extiende la alfombra roja a los primeros desertores del euro, suicidios mediante en plazas públicas. Pero cuando todavía el fuego nacido de las entrañas geológicas surcaba el aire hubo quien acertó a pensar en la cualidad simbólica de aquella imagen. En el mismo 2010 se constituyó en Madrid el grupo Correspondencia desde Eyjafjallajökull, un colectivo que integraba principalmente a creadores plásticos pero también a escritores, pensadores, científicos, productores culturales, personalidades del mundo académico y otros expertos, reunidos con el objetivo de someter a esa Europa que parecía a andar en el filo de sí misma a una reflexión libre, honda, significativa y capaz de alumbrar nuevas ideas. El proyecto contó con el impulso fundamental de dos artistas malagueños: Antonio R. Montesinos (Ronda, 1979), que ya había articulado numerosas iniciativas de formación y discusión política y económica desde el arte a través del colectivo Rampa, nacido también en Madrid; y Regina de Miguel (Málaga, 1977), residente en Berlín, creadora afín a Rampa y cuya obra pasó a formar parte el año pasado de la colección del Museo Reina Sofía (recientemente, además, De Miguel fue reconocida con el Premio de Fotografía Purificación García, de relevancia internacional). Correspondencia desde Eyjafjallajökull comenzó a celebrar aquel año sus debates, primero in situ en Madrid aunque poco a poco fue creciendo en toda Europa, sumando nuevos integrantes, con la complicidad de las redes sociales y las tecnologías de la comunicación. Ahora, este proyecto se ve materializado en un libro, titulado Montañaislaglaciar (traducción más o menos literal del término islandés Eyjafjallajökull) y publicado al alimón por la editorial madrileña Ortomática y la berlinesa Broken Dimanche Press, con lanzamientos en varios idiomas.

El volumen Montañaislaglaciar constituye un objeto artístico de cuidada edición que incluye artículos de, además de Antonio R. Montesinos y Regina de Miguel, el director cultural de la candidatura de San Sebastián a la Capitalidad Cultural de Europa en 2016, Santi Eraso; investigadores y productores culturales como Lorenzo Sandoval, Javier Fresneda, Nicolas Malevé, Maria Ptqk y la alemana Urszula Wozniak; comisarios de arte como el italiano Emanuele Guidi y Eduardo Hurtado; escritores como la dramaturga eslovaca Pavla Ascher, el novelista y ensayista argentino Alan Pauls y el narrador y editor irlandés John Holten; además de otras figuras como el arquitecto alemán Markus Miessen, el ingeniero y geólogo colombiano Roberto Meira y el crítico Carlos Fernández-Pello. Todos ellos conforman, según el prólogo del libro, "un discurso polifónico. A pesar de que cada una de las propuestas se articulan en registros diferentes y desde perspectivas múltiples, todos comparten la intención de cuestionar el actual paradigma de la europeidad tal como nos la presentan". Y el mismo prólogo apunta el contexto común en el que todas esas reflexiones comparten razón y espacio: "La escurridiza identidad de la UE se ha ido constituyendo con un contorno forzado. Sin duda, en base a la tradición por la cual el Viejo Mundo se instauró cartográficamente como central en oposición a lo otro (...) Apelando a una tradición intelectual que no corresponde con sus bordes geopolíticos, la UE ha heredado el conflicto nunca resuelto de definirse hacia fuera y no hacia dentro. No se ha conseguido sincronizar ni económica ni culturalmente a los países que forman o quieren formar parte de la Unión (...) La solución a estos problemas ha sido permanentemente pospuesta y no se ha comprendido su envergadura hasta que en la actual coyuntura han mostrado su medida mostrando una vez más con extrema claridad el centro y la periferia indefinida, auténtica zona de fricción de las placas económicas". Ese malestar exige ideas, y las ideas exigen pensamiento. Aquí está servida una avanzadilla nada desdeñable. Con tal de que Europa sea.

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