Cultura

Doctores de la UMA idean un sistema de lectura óptica de partituras antiguas

  • El trabajo de los ingenieros Lorenzo J. Tardón e Isabel Barbancho sobre más de 300 composiciones del siglo XVI al XIX procedentes del archivo de la Catedral les ha valido el Premio Málaga de Investigación de Cajamar

La conservación del patrimonio musical pasa por saber mimar sus partituras, esas con las que los compositores han hecho historia y que responden al sistema de escritura de una época determinada. La grafía musical ha ido cambiando con el paso de los años poniendo en cuestión la legibilidad de composiciones que tienen hasta más de cinco siglos. Por fortuna, después de tres años de investigación, el trabajo de dos doctores en Ingeniería de Telecomunicación de la UMA ha permitido adaptar su lectura a los nuevos tiempos. Lorenzo J. Tardón e Isabel Barbancho han analizado más de 300 partituras -desde el siglo XVI al XIX- procedentes del archivo de la Catedral de Málaga, hasta aplicarles un sistema de reconocimiento óptico automático. El hallazgo, además de ser pionero, le ha valido el Premio Málaga de Investigación en la modalidad de Ciencias, que patrocina Cajamar. El trabajo responde a una convocatoria del Plan Nacional de Investigación (I+D).

Se trata en definitiva de convertir la imagen de la partitura original, fotografiada previamente, en un formato electrónico musicalmente inteligible por el ordenador. Una vez en pantalla basta con "sacar la anotación automática que entiende el ordenador y conseguir que permita escuchar la música", recuerda Barbancho. Tanto ella como su compañero de investigación ya han aparcado la fase de transcripción para centrarse ahora en el audio. "Hoy en día las partituras llegan a menos gente, pero con el audio llegas a todo el mundo", apunta la experta.

Este formato electrónico en el que queda convertida la partitura permite, por un lado, preservar la información contenida en partituras antiguas y, por otro lado, facilitar el trabajo de musicólogos e historiadores, ya que posibilita reescribir la partitura tanto en notación antigua como moderna. Además, al poder escuchar la partitura transcrita, el oyente se hace una idea aproximada de cómo era la música de aquella época.

El trabajo de estos profesores de la UMA constituye no solo un avance sustancial desde el punto de vista de las técnicas de procesado de señal, sino un paseo adelante en el acercamiento del patrimonio histórico artístico al público en general.

"Lo ideal sería que todos estos recursos fueran accesibles a la gente", detalla Tardón. Es precisamente en ese punto donde los investigadores encuentran mayores carencias . "Falla la transferencia de tecnología", recuerda Barbancho. A su lado, Tardón asiente y añade: "Llegar al mercado es muy difícil, y desde la universidad más. Porque el trabajo en la universidad está enfocado a la investigación y se suele quedar ahí", lamenta este ingeniero. "Falta acercarlo de forma más sencilla, porque lo que estamos haciendo es tecnología puntera, cuando la gente lo ve funcionar se sorprende", afirma Barbancho. Según apunta, la salida más viable es comercializar el sistema a través de una empresa. Y no parece fácil. "Es complicado que una empresa que quiera hacer algo, al menos en España, vaya a buscar la tecnología a la universidad", sostiene el experto.

Por lo pronto, a los artífices de esta innovación, a caballo entre la tecnología de vanguardia y la conservación del patrimonio artístico, ya les han propuesto dar a conocer el hallazgo en la Biblioteca Nacional. "Allí hay muchos más fondos", advierte Tardón.

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