Cultura

"Cantar junto a una guitarra me hace sentir bien, saca mi lado más salvaje"

  • La malagueña presenta mañana en el Cervantes 'Flamenco', su primer disco de cante clásico mientras ultima en Madrid otro de zarzuela "que va a sorprender", asegura

Sentada en una silla a la vera de un guitarrista, a Diana Navarro (Málaga, 1978) le da por arrancar sus raíces de cuajo y replantarlas en la garganta. Flamenco es su denominación de origen y también la de su cuarto trabajo discográfico, que mañana presenta en el Teatro Cervantes y con el que ya emocionó en el pasado Festival de Cine de Málaga al entonar La Loba por bulerías. Un retorno a la esencia del género en los nombres propios de La Niña de la Puebla, Morente, Pepe Marchena y Valderrama, entre otros. "Son genios y de todos ellos se aprende", afirma.

-Afirma que este nuevo disco es un homenaje "respetuoso" a los clásicos, ¿no le impone abordar a las grandes figuras del género después de que lo haya hecho tanta gente?

-Para mí era una necesidad vital reencontrarme con mis orígenes. Inicié un camino de crecimiento personal y eso me llevó a volver a mis raíces emocionales y musicales que están totalmente vinculadas al flamenco. Lo he hecho y sin otra pretensión que aportar mi visión y homenaje al flamenco y emocionar a la gente que me sigue.

-¿Teme que el poder de convocatoria sea menor en los conciertos al tratarse de un espectáculo tradicional?

-Pues por ahora no nos podemos quejar. Hemos completado aforos de 500 y de 150 personas. Ahora el problema no es la temática que elijas, sino que hay mucha gente que no puede permitirse extras.

-Cantar acompañada solamente de una guitarra ¿supone un riesgo mayor?, ¿se la juega más?

-Es un diálogo muy puro e impactante. Me la juego mucho y me hace sentir bien porque saco mi lado más salvaje y el público lo agradece.

-Versiona a La Niña de la Puebla, Morente, Pepe Marchena y Valderrama, entre otros, ¿cuál cree que ha dejado una herencia mayor en las nuevas voces?

-Todos. Son genios y de todos se aprende. Yo me sigo sorprendiendo de la capacidad se ejecución y emoción de esos flamencos que sin apenas medios de producción llegaban tanto al corazón.

-Debuta en el cine con Yocasta, donde interpreta a la madre de Edipo, en una versión moderna de la tragedia griega, ¿cómo se ha preparado para ese desafío?, ¿qué espera del público?

-Mi coach, Daniel Chumillas, ha realizado una labor excepcional. Preparamos la película desde las emociones para después incluir los textos que, para mayor dificultad, eran en inglés. Ha sido todo un aprendizaje. Espero que guste mucho y pueda seguir aprendiendo y mejorando como actriz.

-Azabache, la recreación de aquel legendario espectáculo con el que regresa a Málaga en septiembre, supone otra revisión la copla, ¿cree que el elenco estará a la altura del primero?

-No es comparable y el título del espectáculo lo dice, Azabache 20 años después. Es un homenaje, un recuerdo respetuoso. Ellas fueron únicas e irrepetibles. Mis compañeros y yo echaremos el resto y el público decidirá qué le parecemos.

-Está grabando en Madrid un disco de zarzuela, ¿es otro intento por recuperar el repertorio tradicional en su carrera?

-Es el cierre a un homenaje a la música tradicional española. Va a sorprender y estoy tremendamente ilusionada porque mucha gente redescubrirá este maravilloso género.

-Jugársela en distintos campos ¿es una forma de reciclarse ante los malos tiempos, de diversificar la oferta?

-Mi vida es la música y hago lo que siento en cada momento. Si no es una verdad que sale de mi corazón, no lo hago

-Málaga adolece de tablaos y espacios mayores para espectáculos flamencos de calidad con los artistas de la tierra, ¿a qué cree que se debe?

-Málaga siempre ha sido cantaora y poco a poco hay más espacios, como el Achilipú o el Cortijo de los Chalanes, que dan cabida a los nuevos grupos. La escuela de Virginia Gámez, La Lupi y Curro de María están haciendo una gran labor por el flamenco en esta provincia.

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