Hospicio en su origen, aliado de las compañías teatrales y los grupos de música de Málaga que en los 90 requerían salas de ensayo y hogar de acogida para refugiados balcánicos. A lo largo de su dilatada historia, el Centro Cívico ha sido muchas cosas. Pero, desde ayer, sus dependencias se ofrecen a la ciudad bajo el nombre de La Térmica, el nuevo proyecto cultural impulsado por la Diputación provincial (el más ambicioso desde Málaga en Flamenco y uno de los más importantes de la historia de la institución) bajo la dirección de Salomón Castiel. Para abrir boca, este espacio que juega a ser nuevo en el reciclaje de un edificio antiguo de 13.000 metros cuadrados inauguró ayer la exposición del fotógrafo Christopher Makos (Lowell, Massachusetts, 1948), Lady Warhol, con 50 retratos que muestran a Andy Warhol (quien definió a Makos como "el fotógrafo más moderno de América") en poses tan arrebatadas como afeminadas, con las que parodia a algunas de las divas de Hollywood a las que amó y odió por igual. La puesta de largo de la propuesta, que contó ayer con la presencia de Makos, significa así la primera página de una historia que se ofrece, sobre todo, a los creadores malagueños, y que continuará ya la próxima semana con talleres, conciertos y conferencias.

Fue en el verano de 1981 cuando Makos propuso a Warhol encerrarse en un estudio de Nueva York para dar rienda suelta a una sesión para la que ninguno de los dos mantenía premisa alguna. La sesión se prolongó durante tres días y dejó como resultado 350 fotografías, que sirvieron para nutrir numerosas exposiciones y un libro. "Andy Warhol y yo éramos amigos, y éste era un proyecto para colaborar juntos, yo como artista joven y él ya como artista famoso", apuntó ayer Makos. Ambos artistas, admiradores de Duchamp, Dalí y Man Ray , querían "actualizar" la foto de 1921 en la que Man Ray (a su vez, primer maestro de un muy precoz Christopher Makos, que en pocos años llamó la atención de la escena underground neoyorquina) retrató a Duchamp con un sombrero y un abrigo de mujer, y Makos denominó inicialmente el proyecto Altered image (Imagen alterada), aunque posteriormente fue rebautizado como Lady Warhol.

Según Makos, no se trataba de travestir a Warhol, "sino sólo de alterar su imagen", y por eso en muchas de las imágenes aparece vestido con la ropa masculina que era casi su uniforme, camisa, corbata, pantalones vaqueros Levi's y, aunque no se aprecian en las fotos, botas de vaquero. "Warhol se comportó en las sesiones como un muy buen modelo, dispuesto a dejarse dirigir", recordó al respecto Makos, quien experimentó con diferentes maquillajes y pelucas para buscar también "distintas identidades".

El fotógrafo estadounidense mantiene desde hace más de quince años una estrecha relación con España, donde reside durante largas temporadas y de la que se siente "muy inspirado por su amor y su calidez". Ayer se mostró especialmente honrado por inaugurar con sus fotos La Térmica, un espacio que, afirmó, llegó a transmitirle "magia". "En los momentos de crisis como éste, hay que apoyarse en el arte para pensar que vamos a superarlo", dijo tambiém Makos, quien auguró "mucho futuro" a este nuevo centro cultural al que espera volver "pronto" con su proyecto actual, Mistaken identity (Identidad confusa).

Aclamado como uno de los fotógrafos estadounidenses más visionarios del último medio siglo (y también como uno de los más cotizados: sus obras no ha dejado escalar puestos en Sotheby's a lo largo de las últimas décadas), a menudo se considera a Makos uno de los alumnos más aventajados de Warhol ; sin embargo, más allá de la diferencia de edad entre ambos, cabe hablar más bien de una influencia recíproca. Es cierto que Warhol, Paul Morrissey y otros adalides de la Factory dejaron una impronta honda en Makos, pero también conviene recordar que el mismo se formó junto a Man Ray, que ya antes de cumplir 20 años protagonizó algunas exposiciones memorables en Nueva York y que fue él quien presentó a Warhol a Jean-Michel Basquiat. Maestros y alumnos, de cualquier modo, conviven en La Térmica.