-Usted afirma que siempre intenta pintar animales autóctonos de cada lugar que visita. ¿Por qué roedores en Málaga, y no toros?

-Los toros para este concepto no funcionan porque no trepan. Como el formato de esta pared es vertical, la única forma de poner un toro para que entrara aquí habrñia sido ahorcado. La forma y el sitio me dan la inspiración para hacer la pieza. Nunca tengo un plan.

-La gente sólo habla de las ratas...

-Es divertido, la gente solo habla de las ratas pero ese no es el problema. Son un tejón, un ratón, una rata y tres ardillas. La clave de la pieza es el agua. Es parte del mensaje y de la dinámica de esta obra. Simboliza una escapada, aquí podría ser del agua por el calentamiento global. Así que es algo que igual tenemos que hacer nosotros en un futuro. El problema es que el agua está subiendo por nosotros.

-Sus obras tienen un componente ecológico. ¿Busca la denuncia, o también la reacción del público?

-La gente pregunta mucho a los artistas lo que quieren decir o lo que significa su obra. Y un artista es un humano que tiene pensamientos en la cabeza, así que cuando te pones a pintar son tus sueños o tus pensamientos los que pones en la fachada. Quizá todo el mundo piensa sobre estas cosas, pero igual no lo suficiente y está bien que la gente reaccione. Me gustaría que el visitante diera su propio pensamiento sobre la mayoría de las piezas que hago. Para mí puede significar algo y para otra persona otra cosa que puede ser igual o más interesante.

-La calle Larios es una de las calles más caras de España por metro cuadrado. Si tuviera que pintar allí, ¿qué le habría inspirado?

-Tendría que ver la pared y la forma de ésta. Incluso las características de la calle y el edificio, todo influye. Igual no pintaría. A veces no pinto paredes porque no me gustan, pero si puedo hacer algo con ella que tenga sentido entonces sí. Igual habría pintado un toro ahorcado.

-¿El arte urbano sabe igual cuando es legal que cuando no lo es?

-Cuando pinto en la calle no tengo máquinas y no puedo pintar paredes grandes como ésta. Así que la situación sería diferente. Las paredes serían más pequeñas e igual tendría que ser más rápido. Todo es diferente: las paredes, las grúas, las situaciones. Pero al final siempre pinto lo que quiero y lo que pienso que es interesante, así que no me comprometo a nada. Y desde luego no por dinero.

-¿El sentido de lo efímero le influye a la hora de pintar?

-No me afecta pero es parte de ello. Cuando lo pinto es el momento de la energía y cuando lo dejo se queda ahí atrás y pienso en lo siguiente. Igual se queda para siempre, igual se cae el edificio o igual me lo tachan. Yo pinto, no vuelvo para atrás.

-¿Cómo es llegar a una ciudad con tantas fachadas que poder pintar y que haya ordenanzas que le impidan hacerlo?

-Es lo mismo y diferente en todas las partes del mundo. Cuando viajas no te esperas otra cosa, sabes cómo funciona esto y tienes que trabajar alrededor de ello.

-Picasso decía que él siempre pintaba con el niño que llevaba dentro, ¿se esconde algún niño detrás de usted?

-Para un artista lo principal es que tenga sentimientos para producir, no necesita tener una razón, ni apreciación, ni que le vaya bien con el dinero; pero necesita producir. Sea tu corazón o el niño que tienes dentro lo haces porque lo quieres, si no no lo harías. Esto no tiene sentido si no. Si yo le digo a mi abuela que viajo al mundo para pintar paredes sin cobrar y pintar lo que sea nadie lo entendería, esto es lo abstracto de este mundo, pero para mí tiene todo el sentido

-Sus obras son apocalípticas, ¿en qué medida en los paisajes que pinta el ser humano aparece como un ser extinguido?

-Ese es el futuro, y lo estamos haciendo de la mejor manera para que eso pase rápido, para que se extingan. Muchas veces mis obras hablan más sobre los humanos que sobre los animales en sí. El protagonista es el medio ambiente y nosotros formamos parte de él como especie, como humanos, pero también somos animales. Preferimos pensar en nuestra propia manera de sobrevivir antes que otras cosas. Pero si de verdad miramos los beneficios del mundo para los animales entonces seguramente sería bueno que nosotros nos extinguiéramos y así la naturaleza seguiría su camino. Así que sobre todo es un problema de nosotros mismos, de los humanos.

-Algunos vecinos empiezan a mostrarse disconformes...

-Cuando pones arte en la calle es importante que sea justo para la gente. Tenemos todas esas cosas que la sociedad nos enseña y todo el mundo piensa que está bien. Así que qué más da. Si hubiera puesto Coca-Cola o a Mickey Mouse a nadie le habría importado, pero no tendría una historia. Ahora tiene una historia y la gente está hablando de ella, es algo real. Habrá siempre alguien a quien no le guste todo lo que pintes. Pero si volvemos dentro de dos años y les preguntamos otra vez a esta gente si lo quieren borrar me gustaría ver qué es lo pasaría entonces. Sería una reacción diferente. La gente tiene miedo de las cosas que son diferentes y de los cambios. Antes sólo era una pared y ahora tiene una historia. Si no quieres mirar a ello no lo mires, no tienes por qué mirar, pero puedes hacerlo.