Cultura

El reino de lo posible

  • Lo que culturalmente cabe esperar para 2014 en Málaga transita entre lo mismo de siempre y los grandes proyectos de los que, tal vez, haya noticias

Hablar de cultura en Málaga se parece muchas veces a Esperando a Godot. Y a veces la esperanza resulta aquí igual de contraproducente. Lo que pueda dar de sí el año recién comenzado transitará entre, más o menos, lo mismo de siempre (muy poco) y la posibilidad de que podamos contar noticias interesantes respecto a algunos de los grandes proyectos (esencialmente museísticos) ya anunciados. Gran parte de la atención estará puesta en el Cubo del Puerto, señalado como futura sede del Centro Pompidou en Málaga, en una proverbial maniobra política ejecutada por el alcalde, Francisco de la Torre. Durante 2014, según los plazos señalados por el mismo edil, deberían darse novedades en dos órdenes distintos: por una parte, el Ayuntamiento debería cerrar la financiación de los 5 millones de euros que costará convertir el equipamiento en el espacio expositivo que merece todo un Pompidou. Para ello necesita ganar el cariño de un aliado capaz de aportar al menos la mitad de la cuantía, aunque parece que Unicaja, primera entidad señalada para tal fin, no lo va a poner precisamente sencillo; además, todavía deben concretarse las condiciones económicas en virtud de las cuales la Autoridad Portuaria cederá para la causa el acristalado mamotreto. Lo ideal, claro, sería que en los próximos meses (pongámonos optimistas) arrancara la intervención propiamente dicha, pero conviene ir con cautela. Por otra parte, durante este año debería comenzar a concretarse el proyecto museográfico, con el director de la Fundación Picasso Casa Natal, José María Luna, como hombre fuerte enviado a París para negociar qué obras de arte podrán verse en Málaga. La próxima visita a Málaga de los gerifaltes del Pompidou, anunciada por el alcalde, debería servir para concretar algunos plazos, insuflar ánimos y permitir a la ciudadanía visualizar, de la manera más real posible, la aventura. Pero ya saben que estas cuestiones se parecen cada vez más a las discusiones bizantinas sobre el sexo de los ángeles.

Con respecto al resto de museos y equipamientos, las últimas novedades confirman ya que el Museo de la Aduana abrirá muy difícilmente sus puertas antes de 2016, aunque en 2014 deberían comenzar en el Palacio las actuaciones relativas a la museografía y museología. En cuanto a los museos en activo, pocos han confirmado a estas alturas sus programas. Tras los fastos de su décimo aniversario el Museo Picasso afronta un año difícil, con un notable ajuste presupuestario. El Museo Carmen Thyssen inaugurará en junio la exposición temporal Darío de Regoyos. La aventura impresionista, y en cuanto al CAC, su director, Fernando Francés, ya apuntó a este periódico nombres como Marina Abramovic y Maurizio Cattelan como posibles fichajes para las exposiciones de este año.

Además del arte, la Orquesta Filarmónica de Málaga elegirá a su próximo director (previsiblemente) antes de que termine la presente temporada, en un proceso que se demora bastante más allá de lo previsto. La consecuencia directa del retraso es que el elegido recibirá el curso que viene una programación ya cerrada de cabo a rabo, con lo que sólo dispondrá de libertad artística a partir de la temporada 2015/2016. Además, la OFM afronta otros retos decisivos: con el sueño del Auditorio ya definitivamente volatilizado, la agrupación negocia con el Teatro Cervantes la gestión de su propia taquilla en el coso sin que por el momento haya pistas de un posible acuerdo. Mientras tanto, el Ciclo de Música Contemporánea (que comenzaba cada año por estas fechas en el Teatro Cánovas) se queda en dique seco y el veraniego Festival de Música Antigua parece encaminado a sufrir el mismo destino, salvo que el Ayuntamiento interceda y decida lo contrario. Los aficionados a otros tipos de música harán bien en no esperar grandes conciertos de figurones internacionales para este año y conformarse con la habitual remesa nacional, con la posible excepción de algún dinosaurio del rock rescatado para la ocasión estival y de la batalla que estén dispuestas a plantar las salas independientes.

El que sí regresa es el Festival de Teatro, que arranca el próximo día 9 con un programa ampliado respecto a ediciones anteriores y con propuestas como Julio César (día 15 en el Teatro Cervantes), Hécuba (días 25 y 26 en el Cervantes), Conversaciones con mamá (1 y 2 de febrero en el Cervantes), ¡Ay, Carmela! (17 y 18 de enero en el Teatro Echegaray) y La anarquista (del 21 al 23 de enero en el Echegaray). También habrá un musical, Grease, del 6 al 10 de febrero en el Cervantes, aunque los amantes del género tienen una cita obligada del 20 de junio al 20 de julio, también en el Cervantes, con Los miserables, la enorme producción de Stage Entertainment de la que se han programado, hasta el momento, 37 funciones. Por si faltaban motivos para ir a verlo, el director musical es el malagueño Arturo Díez Boscovich. Así que, quien no se consuela...

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