Pocos grupos resumen lo que ha dado de sí el rock español en los últimos 30 años con la solvencia de Siniestro Total. A lo largo de todo este tiempo, el combo gallego que fundara el recientemente desaparecido Germán Coppini ha hecho suyos el punk, el heavy, el blues y cualquier otro que hayan preferido sus artífices; y, por más que hasta Miguel Ríos se mostrara contrario a la honestidad de una canción como Me pica un huevo, Siniestro Total ha sido pionero, en una actitud punk nunca dejada de lado, de llamar a las cosas por su nombre, ya sean las cosas los misterios insondables del universo y del ser humano o la manera más rápida de encontrar el baño en un bar. Treinta años, de cualquier forma, dan para mucho, y la banda se dispone a revisarlos en el concierto que ofrecerá mañana sábado en La Trinchera (C/ Parauta, Polígono La Estrella). Prometen para el repertorio revisiones de los clásicos de siempre y también de los éxitos recientes. Como señala Julián Hernández, único miembro fundador que queda en la formación y actual líder: "Siniestro Total es una buena maquinaria; mientras funcione y esté bien, para qué lo vamos a dejar. No tiene sentido. En la medida en que haya ideas no nos planteamos una tremenda gira de despedida apocalíptica".

El veterano grupo llega a La Trinchera tras haber adoptado la decisión de lanzar sus nuevas canciones en Internet, una a una, tras la publicación de su último disco, Country & Western. Y Hernández vuelve a explicarse: "El ritmo de publicación será el que marquen las circunstancias. Siniestro Total sólo se plantea volver a la fórmula de álbum físico en el caso de proyectos que requieran una continuidad narrativa o estilística. Esto no es una contradicción. Siniestro Total detesta los álbumes de éxitos regrabados con colaboraciones y duetos". Clarísimo.