La conversión del Palacio de la Aduana en el Museo de Málaga sigue dando pasos, cierto que a ritmo de tortuga, pero en todo caso decisivos. Del último dio cuenta ayer el BOE con la adjudicación por parte del Gobierno de la ejecución del proyecto museográfico que ha diseñado el equipo de Frade Arquitectos. Tras el desarrollo del concurso público convocado en marzo, la empresa que asumirá finalmente la tarea es Empty SL, en cuya trayectoria reciente figuran trabajos como la ampliación del Museo Arqueológico Nacional en Madrid, el Museo de la Evolución Humana en Burgos, el área expositiva de Madinat al-Zahra en Córdoba, el pabellón español en la Expo de Shanghai y las sedes de la Roca Gallery en Londres y Barcelona. El contrato se cierra en favor de Empty ("Por ser la oferta que ha obtenido mejor puntuación global", según la información publicada ayer en el BOE) con un canon de adjudicación de 3.598.616 euros, lo que supone una rebaja notable respecto al importe total del presupuesto con el que se licitó la actuación cuando se abrió la convocatoria del respectivo concurso público (4.798.155 euros).

El contrato suscrito estipula como objeto el "suministro de fabricación e instalación de la exposición permanente, el almacén visitable y el mobiliario de áreas públicas del Museo de Málaga en el Palacio de la Aduana". La licitación ya contemplaba el pasado mes de marzo un plazo de ejecución de quince meses, por lo que, si la actuación comienza el mes que viene y se apura el plazo hasta diciembre de 2015, muy difícilmente podrían estar inaugurados el Museo de Bellas Artes y el Museo Arqueológico antes del fin del año que viene. El ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, expresó en Málaga el pasado mes de enero su compromiso para que la apertura se lleve a cabo durante el segundo semestre de 2015, pero cabe recordar que el secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle, había expresado ya antes la posibilidad de que la inauguración del Museo de Málaga se realice "de manera parcial y por fases"; de esta manera, Málaga podría asistir a una primera puesta de largo de la Aduana como museo pero sólo en algunas de sus secciones, mientras los técnicos de Empty continúan trabajando en el resto.

La misión encomendada a tenor de la resolución anunciada ayer no es precisamente sencilla: la empresa beneficiaria asume el reto de la instalación de los fondos del Museo de Málaga (unas 15.000 piezas arqueológicas y más de 2.500 de la colección de arte, uno de los legados más importantes de la pintura española del siglo XIX) en casi 15.000 metros cuadrados de superficie en la Aduana a partir del proyecto museográfico de Frade Arquitectos (responsable también del diseño de la ampliación del Museo Arqueológico Nacional, y adjudicatario del de la Aduana con un importe de 302.500 euros). Se trata del paso definitivo antes de la cesión del equipamiento a la Junta de Andalucía para su gestión, lo que supondrá el colofón a un culebrón de reformas que tuvo su primer episodio en junio de 2008, cuando el Gobierno contrató a Sacyr para los trabajos de adecuación del edificio con un coste estimado de 23,6 millones de euros (casi 12 millones menos de los fijados en la licitación). Los trabajos no empezaron hasta el año siguiente, pero en la actualidad, con compromiso político incluido y con los fondos repartidos entre el PTA y el almacén de la Biblioteca Provincial, el Museo de Málaga no puede permitirse muchos más retrasos. Ahora toca ponerlo bonito, que dicen.