Algo parece moverse en la zona de confort del Festival de San Sebastián en su ya larga y obligada relación con el cine español. Si el año pasado una película fundamental de nuestro cine reciente como Gente en sitios concursaba en el TIFF de Toronto antes que en el la sección oficial de Donosti, la edición de este año sí que asume ya la realidad del otro cine con la aparición en sección oficial de Magical Girl, lo nuevo de Carlos Vermut (Diamond Flash), un autor que se ha movido en los márgenes de la industria, o lo que es lo mismo, un elemento extraño y ajeno a los habituales enjuagues de las televisiones, los regímenes de coproducción, las distribuidoras y la profesión que han determinado la presencia de títulos españoles en primera línea de concurso a lo largo de los años.

No es una novedad, ya ocurrió con el premio para Isaki Lacuesta en 2011 con Los pasos dobles, pero sí un detalle que hace ver que cualquier festival de categoría A que se precie debe apostar hoy por propuestas de cierto riesgo si quiere ser tomado en serio más allá de los habituales peajes para con los estrenos de temporada, los autores de la casa, las retrospectivas más o menos necesarias u oportunas y el glamour para las portadas y los telediarios.

Junto a Magical Girl, La isla mínima, del sevillano Alberto Rodríguez, también es esperada con mucho entusiasmo, un filme que sigue abriendo caminos para el cine de género de calidad en una industria que busca desesperadamente fórmulas de supervivencia y conexión con el público perdido. Rodada en las marismas del Guadalquivir y ambientada en la España de primeros de los 80, la cinta protagonizada por Raúl Arévalo y Javier Gutiérrez promete emociones fuertes y atmósferas malsanas con algunos apuntes históricos sobre la España de la Transición.

Dos cintas más completan la cuota española en el concurso oficial: Autómata, debut de Gabe Ibáñez, y Loreak, de Garaño y Goenaga, de las que cabe esperar un nivel digno del reto que supone competir junto a nombres de peso y larga trayectoria festivalera como los franceses François Ozon (Une nouvelle amie), que ya ganara la Concha de Oro en 2012 con En la casa, Cédric Kahn (Vie sauvage) y la siempre estimulante Mia Hansen-Love (Eden), el bosnio Danis Tanovic (Tigers), el sueco Bille August (Silent Heart), la danesa Susanne Bier (A Second Chance), el alemán Christian Petzold (Phoenix), del que siempre cabe esperar algo bueno, el austriaco Michael Sturminger (Casanova Variations), la canadiense Maxime Giroux (Félix et Meira), el belga Michaël R. Roskam, con su primera película americana, The Drop, el coreano Shim Sung-bo (Haemu), el chileno Christian Jiménez (La voz en off) y la argentina Anahí Berneri (Aire libre).

Fuera de concurso podrán verse la nueva película de Isaki Lacuesta, Murieron por encima de sus posibilidades, una comedia sobre la crisis con un amplio elenco de actores del último cine español, y también Lasa y Zabala, un thriller de Pablo Malo sobre el controvertido episodio de nuestra historia reciente relacionado con el terrorismo de ETA y los GAL. Otros títulos españoles fuera de concurso serán Negociador, la nueva comedia de Borja Cobeaga que se permite hacer chistes sobre el terrorismo, el documental sobre Basilio Martín Patino de Virginia García Pino, que inaugura una serie sobre cineastas fundamentales de nuestro cine, o el documental sobre el recientemente fallecido Paco de Lucía de Francisco Sánchez Varela.

Denzel Washington llega a San Sebastián para presentar El protector, un thriller de venganza de Antoine Fuqua, y de paso recibir uno de los dos Premios Donostia de este año. El otro será para el gran Benicio del Toro.

Fiel a su cita con las Perlas de otros festivales, San Sebastián enseñará también las nuevas películas de Naomi Kawase (Still the Water), el boom argentino de la temporada, Relatos salvajes, de Daniel Szifrón, la Palma de Oro Winter Sleep, del turco Nuri Bilge Ceylan, el retrato de Pasolini de Abel Ferrara protagonizado por Willem Dafoe o la que se supone nueva maravilla animada de Isao Takahata, The Story of the Princesa Kaguya. También los nuevos filmes de Xavier Dolan (Mummy), Laurent Cantet (Retour à Itaque) o Diego Luna (César Chávez), y el documental sobre Sebastiao Salgado (The Salt of the Earth) que ha dirigido Wim Wenders junto al hijo del popular fotógrafo brasileño.

Una amplísima retrospectiva de 50 títulos sobre los nuevos cines del siglo XXI de Europa del Este, las habituales secciones Zabaltegi, Horizontes latinos y Nuevos Directores, y la recuperación de la figura de Dorothy Arzner (1897-1879), una de las contadas mujeres directoras en el seno del Hollywood clásico, reivindicada hoy por la cinefilia feminista, completan una generosa programación que se cerrará el próximo 27 de septiembre.