Si alguien no necesita presentación a estas alturas, es el quinteto argentino Les Luthiers. Después de haber hecho reír a varias generaciones, arropados por secuaces como Johan Sebastian Mastropiero, y con casi medio siglo de oficio a sus espaldas, la formación regresa a Málaga este fin de semana.

-Cuando le dije a una amiga que iba a entrevistarles me contó que la invitaron a un espectáculo suyo y que a los cinco minutos tenía ganas de irse porque se aburría. ¿Mi amiga necesita Lutherapia?

-No, no, su amiga tiene todo el derecho de aburrirse con Les Luthiers, nuestros espectáculos son tan completos que hasta sirven para aburrirse.

-Tengo otro amigo al que le pasa todo lo contrario. Ha ido a todos sus espectáculos y nombra en numerosas ocasiones al maestro Mastropiero. ¿Necesita él Lutherapia?

-Su amigo no necesita Lutherapia, él ya está en condiciones de difundir la Lutherapia entre aquellas almas descarriadas que ignoran los beneficios de la risa.

-Si consigo que los dos vayan juntos a ver su espectáculo ¿qué puede pasar?

-Bueno, él puede convencerla a ella de que no se aburra, o ella a él de que somos aburridos, o que él se aburra de tratar de convencerla, o que dadas las fuertes discrepancias entre ellos, se aburran y resuelvan irse del teatro a hacer otra cosa que los divierta a los dos.

-De Lutherapia, el espectáculo que traen a Málaga, ustedes dicen que es su mejor montaje. ¿O dicen siempre lo mismo de su último montaje? ¿Qué tiene de especial para serlo?

-A y B son correctas: Lutherapia es nuestro mejor montaje y también es cierto que siempre decimos lo mismo de nuestro último montaje. Pero en este caso es verdad, Lutherapia es nuestro mejor montaje, al igual que todos los demás.

-¿Pueden definir Lutherapia en una frase?

-Cómo no: Lutherapia es el mejor montaje que hemos hecho.

-¿Quién es Johan Sebastian Mastropiero?

-Mastropiero es un gran compositor, a mitad de camino entre Mahler y Mozart, si consideramos el orden alfabético. Ha compuesto desde música del renacimiento hasta música para cine, lo que habla de su versatilidad pero más aún de su longevidad. Es heredero de la tradición de los grandes compositores, a todos los cuales ha imitado y en muchos casos plagiado sin perder su propia identidad. Y si nunca perdió su propia identidad es porque nunca la tuvo.

-Evitan tratar temas de actualidad en sus actuaciones, pero en una de las piezas del espectáculo, El día del final, sale a relucir el aborto, muy de actualidad en España, ya que el ministro de Justicia ha dimitido precisamente por un proyecto de ley sobre el tema. ¿Son asuntos que se repiten en diferentes países en diferente tiempo?

-En realidad no evitamos los temas de actualidad, lo que no hacemos es hablar de un tema por oportunismo. En El día del final el aborto aparece como parte necesaria de la historia que contamos. Por cierto este espectáculo se estrenó en 2008 y no se refiere a ningún país ni momento en especial.

-Está claro que la actualidad, tanto española como del resto del mundo, daría para unos cuantos espectáculos. ¿Seguro que no se lanzarán a cambiar de idea?

-Muchos aspectos de la realidad ya son de por sí un espectáculo, más aún, un espectáculo lamentable. ¿Pero sabe qué? No estamos ni mejor ni peor que en otros momentos. Y volviendo a nuestro humilde trabajo de humoristas, sólo pretendemos ayudar con algunas ideas ingeniosas sobre lo que nos rodea. Y sobre todo, lograr con recursos nobles que el público ría a carcajadas durante toda la función.

-En otra de las piezas, El flautista y las ratas, cuentan que el flautista hizo que las ratas empezasen a amarse y besarse sin parar, hasta convertir aquello en una ratanal. ¿El mundo necesita al flautista para empezar a amarse?

-No, al contrario, debemos desconfiar de los que nos seducen con melodías, palabras, o promesas electorales. Muchos de ellos sólo buscan que los amemos para aprovecharse de nosotros.

-¿Se cansan de tener que hacer reír siempre? Hay días que uno no está para bromas.

-Una cosa es el humor, que todos tienen el suyo, según las alegrías y las broncas de cada momento, y otra el humorismo, un noble oficio. Cuando el humorista está de mal humor, su propio trabajo y las risas que provoca en el público terminan por alegrarle la vida.

-¿Cuál es su siguiente parada? ¿Tienen pensado volver pronto a Málaga? Mi amiga y mi amigo les esperan.

-Después de Málaga actuamos en Granada y Jerez de la Frontera. Cuánto me alegra saber que su amigo y su amiga se han puesto de acuerdo, ¿vio que no hacía falta ningún flautista?