Carlos Tarque. Integrante de M Clan

"Haremos balance cuando nos retiremos, de momento seguimos en la carretera"

  • La banda celebra su vigésimo aniversario con 'Dos noches en el Price', un recopilatorio de grandes éxitos que presentará el próximo viernes 26 en la sala París 15.

A estas alturas no hay registro que se le resista a M Clan. En 20 años han tenido tiempo para iniciarse en el rock sureño para terminar arriesgando con influencias de soul y blues. Y no les ha ido del todo mal, ni está entre sus planes destemplar la maquinaria, algo de lo que Carlos Tarque está más que convencido. En esta ocasión lo hacen con un nuevo recopilatorio que vestirán de largo el próximo viernes 26 en la sala Paris 15.

-"Que 20 años no es nada", decía el tango. Pero en su caso, ha sido mucho.

-Veinte años no es nada pero ha llovido mucho. Para nosotros han sido unos años muy intensos. Por este grupo han pasado mucha carretera, por lo que termina pasando de todo. Pero estamos muy contentos y satisfechos.

-Con este trabajo, ¿han tenido tiempo para hacer balance de esta montaña rusa que es M Clan?

-Siempre haces balance cuando miras atrás. Pero el balance real lo haces cuando quieres obtener resultados, así que ya haremos balance cuando nos retiremos; de momento seguimos en la carretera y nos tomamos este disco como una fiesta de cumpleaños.

-Soplaron las velas con dos actuaciones en el Circo Price, y como cantaban los cuatro de Liverpool, con la ayuda de algunos amigos: Bunbury, Miguel Ríos, Fito o Ariel Rot. ¿Han podido condensarlo todo o echaron en falta algún invitado a su fiesta?

-Hemos intentado resumir en dos horas lo mejor de nuestra carrera, pero siempre quedan cosas fuera. Y por supuesto que muchos amigos han quedado fuera o que no pudieron colaborar con nosotros, pero ha sido una fiesta muy interesante para el público.

-¿Como quién?

-Siempre conoces a mucha gente, no te querría decir nombres pero bueno, hay más amigos de aquella España del rock. Loquillo o Pau Donés, por ejemplo. Teníamos demasiados invitados y en algún momento teníamos que decir stop.

-Ahora que el término está de moda, ¿consideran que forman parte de una casta musical, la formada en los 90?

-Más o menos sí. Hombre, Miguel es muy anterior a nosotros. Pero sí es cierto que el resto formamos parte de la misma generación del rock. Aunque también estamos colaborando con artistas como Leiva, por lo que al final en la foto de familia salimos todos: desde los grandes abuelos hasta los nietos. La gran familia del rock. Deberías ponerlo de titular (risas).

-¿No hay batalla de egos sobre el escenario en esa familia?

-Digamos que nosotros jugamos un partido amistoso. El ego no tiene nada que ver con la competición, puede ser incluso hasta algo positivo. Nosotros en el escenario lo que hemos sentido es cariño, arropo y que hemos dado lo mejor de cada uno. No estamos en ninguna carrera, caminamos juntos.

-En cualquier caso, parece que Bunbury hará un alto en el camino en 2015.

-Bueno, no sé mucho. No conozco sus planes, necesitará un tiempo de descanso. Creo que ha sido padre no hace mucho y querrá dedicarse más tiempo, es un artista que viaja mucho y cuando eres padre tienes que controlar tus giras. Supongo que tendrá que ver con eso.

-En 20 años la situación en la industria ha cambiado mucho, ¿les preocupa el porvenir del sector?

-Es preocupante. Que ahora no se pague por la música es una crisis industrial que deja de generar unos ingresos, lo que provoca que tampoco haya inversión. Es algo que creo que el público no ve. Tenemos que dar con la formula, pero no sabría decirte. Todavía la descarga ilegal no se contempla como un delito de la sociedad, cuando en realidad es un robo.

-Se enfrentan a lo digital y lo indie como tendencia, ¿cuál les produce más rechazo?

-Ya había indie cuando nosotros empezamos. De hecho nuestro primer sello fue Subterfurge, que no tenía nada que ver con Sony, ni Warner... A nosotros nos da un poco igual, son etiquetas que se ponen y ahora le ha tocado a esta. Raphael decía hace poco que él era "independiente porque siempre hacía lo que le daba la gana" (risas). Es algo que no va con nosotros, no nos causa rechazo, simplemente nos da igual.

-Se consideran más clásicos en ese sentido.

-Nosotros venimos de la época pre-internet, la del teléfono móvil y poco más. Y sí, me gustaba más, le daba más misterio a todo. Ahora en cambio hay demasiado control. El 'dónde estás, a qué hora llegas', no me gusta nada eso y no me refiero a nada conspirativo, te hablo de la vida cotidiana.

-Sin embargo aquí siguen después de 20 años, algo les habrá ido bien en todo este tiempo, ¿no?

-Bueno, hacemos un trabajo bastante bien hecho, con pasión y eso es lo que vale. Al final la gente lo acaba detectando.

-No todo habrá sido un camino de rosas.

-En veinte años nos ha pasado de todo: accidentes de tráfico, el fallecimiento de compañeros, separaciones en la banda... Son momentos muy duros. En definitiva, ha habido mucha vida, donde se constituyen cosas buenas y cosas malas. Nosotros hemos pasado por todas ellas con nuestra música.

-Fue muy sonada la separación del guitarrista Santi Campillo, con quien fundó la banda. Imagino que no le subiría al escenario del Circo Prince a tocar Llamando a la tierra.

-No. Se le llamó para que saliera en un documental pero no quiso. Para nosotros Santi Campillo hace quince años que no existe.

-Precisamente ese documental viene incluido en Dos noches en el Price , que ofrece un plano más personal de M Clan. ¿Es importante que el público traspase esa cuarta pared?

-Sí, de hecho fue idea nuestra, queríamos que la gente conociera la historia del grupo. A mí, como fan de otros grupos, siempre me gusta conocer datos que no sabes de la banda, imágenes inéditas... Otra cosa es que nuestra vida personal salga a florecer, pero porque tampoco tenemos nada que contar, no tenemos ningún interés público en ese sentido. Ha quedado una peli muy bonita.

-Junto a Fito, han recuperado uno de sus grandes éxitos para este recopilatorio: Carolina ¿Qué hay de cierto en esa supuesta animadversión por este tema que les catapultó hace algunos años?

-Jamás hemos dicho que tuviéramos animadversión por Carolina. Es algo que los periodistas se empeñan en que sea así, y al final me termina tocando los huevos (risas). Es la canción más conocida de M Clan y la tocamos cuando hay que tocarla. La gente se empeña en decir que en directo la tocamos con desprecio, y no es así. Es una canción bastante superficial, pero en el buen sentido de la palabra, y la interpretamos como tal.

-Volviendo a hace 20 años, he leído que les llamaban "los Zeppelin de la huerta". Ya no se colocan apodos tan originales.

-Entre otras miles de cosas que nos han llamado.

-¿Qué queda de aquellos chicos de Murcia que coqueteaban con el heavy y se hacían llamar El Clan de los Murcielagos?

-Queda mucho. Queda la banda entera, el nombre, los discos... No somos los mismos que éramos al principio pero seguimos teniendo esas ganas de tocar en directo, de tocar rock y ese amor por la música y por nuestro trabajo.

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