Con la expectación inevitable, el rodaje de Toro, la nueva película de Kike Maíllo, que protagonizan Mario Casas, Luis Tosar y José Sacristán, empezó ayer en Torremolinos, donde continuará al menos durante dos días más para trasladarse después a otros emplazamientos de la Costa del Sol. Fuentes de la productora confirmaron que el rodaje se prolongará durante nueve semanas y que después de la provincia de Málaga proseguirá en Almería y Pontevedra. Con un presupuesto de cuatro millones de euros, Toro es un thriller con aire de western en el que destacan especialmente las carreras de coches, lo que promete imprimir una especial emoción al rodaje. Ayer resultó difícil ver a Mario Casas en el set instalado en la calle, aunque los fans más pacientes estuvieron bien cerca de su ídolo.