Cultura

Que la vida le dé todo lo que merece

  • Xoel López destaca en un Ojeando Festival, una de las mejores citas musicales veraniegas

Da la sensación que esta novena edición del Ojeando Festival, celebrado este pasado fin de semana en Ojén, ha sido de transición. Al menos, el público parece haberlo entendido así: tras tres años de llenos absolutos y todas las entradas vendidas, la de 2015 ha sido diferente, más tranquila y con menos aforo. Quizás el cartel inducía también a ello. Y, por eso, el pueblo ha estado más disfrutable. Y la música también. Que nadie piense que no agotar el papel sea un fracaso: esta cita festivalera es de las que siempre se disfruta. Y mucho. Pregunten si no a las miles de personas que han pasado por allí el viernes y el sábado.

Sin agobios, el fin de semana ha traído música de la buena, con conciertos cortos pero intensos. Y donde Xoel López ha brillado por encima del resto. El ecléctico músico gallego llegó para presentar su último trabajo, Paramales y, desbrozando también trabajos anteriores -también de su anterior banda, Deluxe- se marcó un concierto de los que se recordarán en Ojén. Una sorpresa para quienes no le tenían en su radar y una confirmación para quienes sí: Xoel juega en otra liga, es un tipo distinto, un profeta de la música. Y si se acompaña de músicos de la talla de Ricky Falner o Miguel Rivera, poco más se puede añadir para entender la gran reacción de las dos mil personas que llenaban el escenario del colegio en la noche del sábado.

A partir de ahí, repasando el fin de semana al completo, funcionaron a las mil maravillas, como suele ser habitual, Niños Mutantes. Los granadinos llegaban por tercera vez al Ojeando y no defraudaron con un directo potente que se pasó volando. Como el de los malagueños Airbag, cuyas guitarras sonaron a toda pastilla y sin descanso para demostrar su crecimiento y que su nuevo disco, Gotham te necesita, les puede llevar donde quieran llegar. El Sr. Chinarro, a lomos de su Babieca particular y The New Raemon pusieron una nota más calmada a un evento en el que Ángel Stanich llegaba también al escenario principal del Ojeando tras su actuación de hace unos años en la gruta. Guadalpe Plata y Perro pusieron las guitarras al máximo nivel dejando también su huella en el festival.

El columpio asesino, Stone Pillow y Belako también dejaron su sello de calidad en una cita a la que, seguro, volverán en próximos años The loud residentes, esos jóvenes traviesos que desmontaron el escenario con su intensidad cuando aún era de día en la tarde del viernes ojeneta. Mientras, la plaza principal del pueblo acogió también hasta otros ocho grupos mientras la música electrónica sonaba hasta la madrugada gracias a We are not djs.

Quizás haya sido un pequeño paso atrás para el Ojeando Festival esta edición de 2015. Un paso diminuto por la calidad de su cartel, pero que seguro sirve para dar dos hacia delante el próximo verano, cuando llegará a su décima edición. Mejor crecer con calma, mantener los ideales básicos y que el éxito no acabe por destruir uno de los mejores festivales veraniegos del sur de España: que la vida le dé, entonces, todo lo que merece.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios