Cultura

Muerte y vida de Superman

  • La desaparición del superhéroe del planeta Krypton significó un suceso histórico que, por otra parte, dejó bastante que desear en lo artístico

En el epílogo de El Maximortal, Rick Veitch especula sobre el papel de la muerte de Superman en la crisis que asoló el mercado de la historieta estadounidense durante los noventa. "Las ventas de La muerte de Superman", escribe Veitch, "fueron las más altas de un único número de cómic, y canalizaron cientos de millones de dólares y una nueva generación entera de coleccionistas de cómics hacia lo que, durante los anteriores quince años, había sido un mercado sano y en expansión regular. Todo fueron palmaditas en la espalda y pagas de beneficios en DC hasta que las auténticas ramificaciones de este escandaloso éxito empezaron a calar. Todos esos nuevos coleccionistas y todo ese dinero fácil provocaron una 'burbuja especulativa' en el mercado de los cómics, que rápidamente estalló como un grano maduro y quebró todas las facetas del 'complejo superheroico-industrial' de la cabeza a los pies, dejando un cráter allí donde antes operaba una forma artística antiguamente vibrante. En pocos años, las ventas de todos los cómics de superhéroes habían caído hasta sus niveles más bajos de las últimas décadas. Es mi modesta opinión, como observador desde hace años del mito del Superhombre, que una cínica trama de mercadotecnia cristalizó algo que se estaba gestando en las mentes y los corazones de un público que había soportado durante demasiado tiempo la explotación y la propaganda de un arquetipo viviente de su inconsciente colectivo. Quizás para ellos La muerte de Superman fue justa y oportuna porque, para ellos, Superman ya estaba muerto".

Las sugerentes opiniones de Veitch refrendan la importancia histórica de un evento que, en lo artístico, dejó bastante que desear. El grupo de profesionales que mató a Superman, con Dan Jurgens a la cabeza, dejaron para el recuerdo páginas y secuencias de poca o ninguna sutileza, muy representativas de la llamada Edad Oscura de los cómics. Con todo, La muerte de Superman tiene tanto morbo que uno no puede resistirse a su lectura. ECC ofrece ahora el meollo del asunto (páginas de Superman: The Man of Steel 17-19, Superman 73-75, Adventures of Superman 496-497, Action Comics 683-684 y Justice League of America 69) en un tomo sin extras ni añadidos, tan esencial que no trae ni las portadas originales.

En el extremo opuesto se sitúa Las cuatro estaciones, nuevo volumen de la colección Grandes autores de Superman. El fenomenal trabajo de Jeph Loeb y Tim Sale, publicado originalmente en 1998, apenas cinco años después de lo anterior, es un tebeo emocionante y vitalista, un homenaje en toda regla a ese mito sencillo y juvenil llamado Superman. Las cuatro estaciones retrocede al momento en que el superhombre adolescente se da cuenta del alcance de sus poderes y toma la decisión de abandonar Smallville para darse a conocer. Inserta en la continuidad creada por John Byrne tras las Crisis, esta historia del nacimiento del héroe está escrita con inteligencia y convicción y se beneficia de un grafismo arrebatador. Vamos, lo que viene siendo un buen cómic.

LA MUERTE DE SUPERMAN

VV.AA. ECC. 168 páginas. 17,50 euros.

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