No deja de resultar paradójico que Rafael Pérez Estrada (1934-2000) todavía tenga que ser presentado y explicado en la ciudad en la que nació y en la que escribió la mayor parte de su obra. Que el poeta, novelista y dibujante sea en gran medida un desconocido, a estas alturas, sucede muy a pesar de obras del calibre de La extranjera (1999) y Cosmología esencial (2000); o, tal vez, el velo siga extendido precisamente a cuenta de su obra, con la que inauguró caminos que muy pocos se han atrevido a atravesar después. La Málaga invadida de colibríes que imaginó el escritor en Doctor Harpo se escapaba sin remedio de la Málaga glosada al uso por otros tantos aedos, enfangada de realismo y fatalidad. Convertir la ciudad en un territorio apto para la imaginación no iba a resultar de cualquier forma sencillo, y parecía claro que haría falta más de una vida. Por eso, poco después de la muerte de Pérez Estrada comenzó a fraguarse la idea de poner en marcha una fundación con su nombre que asumiera la responsabilidad de divulgar su trabajo y, de paso, facilitar la tarea a jóvenes escritores. Tras el impulso inicial fraguado por los herederos legítimos del titular, su hermano Esteban y el escritor José Ángel Cilleruelo, y después de largos años de trabajo, la Fundación Rafael Pérez Estrada vio la luz en 2011. Y ahora, en 2015, recién nombrada Silvia Grijalba su directora, la entidad se dispone a escribir un nuevo capítulo de su historia para fortalecer sus alcances y materializar de manera más clara sus objetivos. El primer signo de este nuevo episodio tendrá lugar el próximo sábado 28 a las 19:00 en la Casa Gerald Brenan de Churriana (institución que también dirige Silvia Grijalba y que, por lo tanto, establecerá a partir de ahora un prometedor diálogo con la fundación, por más que ésta mantenga su sede en el Archivo Municipal, donde se conservan los 14.000 registros del legado del escritor, incluidos sus dibujos y su abultada correspondencia) con una mesa redonda que, bajo el lema La figura poliédrica de Rafael Pérez Estrada, reunirá a cuatro autores malagueños que en su momento compartieron amistad, complicidad y oficio con el poeta (y cuya colaboración resultó además decisiva para la puesta en marcha de la fundación): Francisco Ruiz Noguera, José Infante, Jesús Aguado y Juvenal Soto. Dado el carácter cosmopolita de la Casa Gerald Brenan, el enclave parece idóneo para alumbrar un nuevo Rafael Pérez Estrada, cuya literatura fue de clara aspiración universal aunque sólo pudo darse en una ciudad también tan poliédrica como Málaga.

Con un patronato de ocho miembros y con la aportación económica del Ayuntamiento de Málaga y la Fundación Sando, la Fundación Rafael Pérez Estrada aprobó sus estatutos en marzo de 2011 con el fin de hacerse cargo de la "custodia, conservación, estudio y difusión de los fondos documentales, bibliográficos, artísticos o de cualquier otra naturaleza que componen el Legado Pérez Estrada ". Asimismo, el organismo asumió la responsabilidad de fomentar "la investigación literaria universal, en particular, la española contemporánea y, en especial, la correspondiente a la generación del titular, no sólo en sus actividades literarias, sino en cualquier disciplina artística y el fomento de la creación y de la investigación artística en general", para lo que ya se preveían publicaciones, seminarios y conferencias entre otras herramientas. La primera institución en darse por aludida fue el Instituto Municipal del Libro, que en 2012 celebró un homenaje al escritor que incluyó diversas actividades de este tipo así como una exposición de sus dibujos. Pero pronto quedó claro que hacían falta otros instrumentos para que los objetivos de la fundación pudieran llevarse a cabo felizmente. El año pasado, el patronato aprobó la constitución de un comité asesor para la puesta en marcha de nuevas actividades integrado por Jesús Aguado, Mark Aldrich, Rafael Ballesteros, José Ángel Cilleruelo, José Ignacio Díaz Pardo, Pablo García Baena, Antonio Garrido Moraga, José Infante, Aurora Luque, Juan Carlos Mestre, Francisco Ruiz Noguera (nombrado presidente del consejo), Antonio Soler, Juvenal Soto, Alfredo Taján y María José Vergara Pérez -Estrada. La inmediata consecuencia fue la celebración de un ciclo de conferencias y la decisión de poner en marcha proyectos educativos. De este comité asesor nació la idea de nombrar directora a Silvia Grijalba, que ya ha demostrado su capacidad en la gestión cultural al frente de una Casa Gerald Brenan que parecía abocada a la ruina. Que este continuará merece fortuna.