Crónica · Música

Bunbury en estado puro

  • Málaga se rinde al músico zaragozano, que bordó su concierto en la plaza de toros de La Malagueta.

Sombreros de cowboy. Botas vaqueras. Camisetas negras sin manga. Y un símbolo que parece sacado de otra época: el de Héroes del Silencio. El ruedo de la plaza de toros de la Malagueta acogió anoche a un público entregado en cuerpo y alma Enrique Bunbury. El músico zaragozano resumía sus 30 años de carrera en un enorme concierto. Una gran oportunidad para disfrutar con sus gestos, poses, carreras por el escenario; su pasión por la música, la de verdad. 

Todo de negro, Bunbury tardó dos temas en quitarse las gafas de sol. Y alguno más en deshacerse de la chaqueta en la que aparece un gran dragón rojo. La noche refrescaba –por fin- en Málaga y el músico zaragozano la calentó a base de música de la buena. Con tres cuartos de entrada, La Malagueta vibró desde el principio. Iberia Sumergida sirvió para romper el hielo y, desde ahí, dos horas en las que el cantante alternó temas de sus discos en solitario y de los publicados junto a Héroes del Silencio. Al tendido lo mismo le daba: coreó todas y cada una de las canciones como si fueran la última, como si el momento fuese a pasar para no volver jamás. Como si se tratara de un karaoke masivo.

Dentro de su gira Mutaciones 2016, Bunbury llegó a Málaga 18 días después de lo esperado tras la cancelación de su concierto el 6 de agosto por problemas médicos. La espera mereció la pena: difícil encontrar otra voz tan sublime en el panorama musical español. Casi imposible dar con una banda de tanto nivel, Los Santos Inocentes. Increíble ver a Bunbury sobre el escenario cantando temas que son himnos de varias generaciones. Sobre todo de una, de esa que creció en los 90: bastaba echar una ojeada en el público para entender que ahí estaban esos que una vez grabaron los discos de Héroes del Silencio en casetes de 90 minutos. 

La chispa adecuada, Avalancha, Los restos del naufragio, Que tengas suertecita, El camino del exceso, Maldito duende, Lady Blue, El extranjero… Fue una interminable lista de éxitos la que llenó la noche malagueña, con un público rendido a un Bunbury pletórico. Sin duda, el concierto dejó claro que Bunbury es un intérprete con mayúsculas.

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