El Gran Wyoming. músico

"Si me ganara la vida tocando sólo con Los Insolventes no me contratarían"

  • El humorista madrileño actúa hoy en el Festival Benalmádena Suena junto a su banda con la que versiona a clásicos del rock'n'roll como Frank Zappa, Chuck Berry, Jet o Leño

"Te degollaré con un disco afilado, / de los Rolling Stones / o de los Shadows. / Te tragarás la colección de cassettes, / de las Shan-Gri-Las / o de las Ronettes". A la pregunta de a quién le dedicaría este de Siniestro Total, José Miguel Monzón Navarro, alias El Gran Wyoming, suspira -como si estuviera en un aprieto- y contesta: "A todo un colectivo que vive en Génova". El artista madrileño lleva toda una dedicada a la televisión, donde ahora encarna el papel de presentador ácido en El Intermedio. Durante el verano se dedica desde hace unos años a irse de gira con Los Insolventes, con quien toca hoy en el Festival Benalmádena Suena junto a Los Toreros Muertos, con Pablo Carnonell al frente, y Jordi Tello bajo el nombre de Rick Brendan.

-Justo ayer llegó un correo con información sobre su próximo libro. Cito textualmente: "Mi educación sentimental, la de chico de la Prospe, está marcada por Jimi Hendrix: americano, ácrata, alucinado y negro".

-¿Cómo? ¡Si estoy terminando el libro! No puede ser.

-Sí, sí, pero sólo es un adelanto.

-Vale, perdona. Es que me ha pillado por sorpresa. Pues sí, tengo 61 años y soy contemporáneo de esa gente. Cuando Jimi Hendrix estaba sacando discos yo tenía edad para ir a comprarlos. Para mí no es un personaje histórico. Hendrix forma parte de mi biografía y mi educación musical.

-¿Además de Hendrix, qué otros músicos escuchaba?

-Pues he pasado por todos los rocks [risas]. Me compré el Satisfaction de los Rolling y los primeros trabajos de los Beatles. Primero me enamoré del rock and roll, luego del pop más británico, después la psicodelia. Llevo desde los 12 años escuchando música. Estoy muy ligado sentimentalmente a los grandes festivales que se hicieron en los años 60, tipo Woodstock o Isla de Wight. ¡Ahí estaba el lío!

-Ha cambiado mucho la manera en la que se vive el fenómeno de la música desde entonces.

-Sí. Antes la música era una religión. La gente que escuchaba un tipo de música se comportaba de cierta manera. No hablo de sectas, pero sí de grupos de personas que compartían una misma visión de la vida, como los jipis, por poner un ejemplo. Ahora el director de un banco puede estar en un festival al lado de un chaval en paro. La música es ahora más universal y no tiene mucho que ver con la vida de cada uno. Y los músicos eran mitos en vida.

-¿Cree que hoy día la profesión de músico se minusvalora más?

-Directamente no está valorada y se les paga una porquería. Además, han desaparecido muchas profesiones como la de músico de estudio. Hay una parte de la industria musical que ha desaparecido a raíz de las pocas o nulas ventas de cedés. Sólo quedan grandes producciones para las estrellas. Antes habían decenas de músicos que vivían de las grabaciones, de acompañar a artistas. Ahora eso se ha reducido muchísimo y es muy difícil vivir únicamente de la música. Es un negocio de temporada, como la de camarero.

-¿Si sólo se dedicara a tocar con Los Insolventes llegaría a fin de mes?

-No, es que si yo me ganara la vida tocando sólo con los Insolventes no me contratarían. A mí me contratan porque hago televisión. Si no fuera por ella no me contratarían. Lo tengo claro.

-¿Significa eso que se valora más la marca que otra cosa?

-Sí. Los músicos que van conmigo tienen una banda y son buenísimos, pero no pueden vivir sólo de eso. Algunos sí porque están metidos en cuatro o cinco cosas. Cuando hablo con otras personas tampoco son conscientes del valor que se le tiene que dar a esta profesión. Y es una profesión igual que otra, como la de profesor o cerrajero.

-¿Es mucho más divertido salir al escenario a cantar y tocar la guitarra que hacer televisión?

-Más que divertido, es pura adrenalina. Además, somos cinco personas y debemos de estar coordinados. Son dos cosas muy distintas. Con el rock and roll desconectas de todo porque trabajas en bares, pegado a la barras. Eso altera tu equilibrio.

-En 1999 Carlos Díaz, Javier Krahe, Pepín Tre, Pablo Carbonell, entre otros, y usted fundaron el sello discográfico 18 chulos. ¿Cómo surgió?

-Creamos una cooperativa proque la industria empezó a dejar de tener interés en los artistas que no vendían millones de discos. Por aquella época, la venta estaba decayendo. Ahora no sacamos discos porque no tiene ningún sentido para las compañías independientes. La mayoría de los fundadores en su momento publicaron algunos trabajos.

-Entre ellos, Dolor de garganta de Javier Krahe. ¿Qué ha perdido el mundo con la muerte del cantautor?

-Un artista único que no tiene sucesor. Era un hombre culto y muy sabio. Un poeta con un humor y sentido irónico espectacular. Sus canciones eran de gran calidad.

-Antes mencionaba que no se venden discos y que tampoco se valora la profesión de músico. ¿Cree que es una cuestión de educación?

-No lo sé. España es un país muy especial. Aquí estamos educados en el pillaje. El presidente del Gobierno estaría en la cárcel de vivir en cualquier otro país. Si empezamos por ahí. A la gente no sólo le parece mal que ese hombre esté en la calle, es que encima le vota. Este país ha nacido con una tara mental. Aquí se valora mucho la picaresca y esto que se dice de: "¡Éste es muy listo!". Me parece una vergüenza que Mario Conde esté en la televisión dando clases de ética cuando ha estafado a muchísimos pensionistas.

-¡¿Es como si Bárcenas diera clases de economía, no?!

-Sí, es como si protestara porque este país está hecho una mierda. ¿Sí? ¡Pues si esa gente es como tú! A la gente parece que le gusta la corrupción. De hecho, luego no lo condena. Además si muchos tuvieran la oportunidad de meter mano, creo que lo harían.

-Esa afirmación es muy triste. -Sí... En fin, no hay mayor encuesta que unas elecciones generales. Y el partido más votado es el más delincuente de todos. Yo estoy desmoralizado porque llevo diez años denunciando en mi programa muchas cosas y no pasa nada. Están todos de vacaciones, en sus yates, en sus fincas, en sus mansiones. Aún así, esta conversación la volveremos a tener en seis años.

-¿A quién le dedicaría Bailaré sobre tu tumba de Siniestro Total?

-Uy [silencio]. A todo un colectivo que vive en Génova.

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