Andando el tiempo, como quien no quiere la cosa, el Festival de Cine Francés de Málaga se dispone a celebrar su vigésimo segunda edición del 14 al 21 de octubre como emblema cultural de la Alianza Francesa en la ciudad, el abrigo del Ayuntamiento y el Cine Albéniz, el Contenedor Cultural de la Universidad, la Térmica y la sede de la misma Alianza Francesa en la calle Beatas como sedes estratégicas. Con la premisa esencial por la que se señala a Málaga como escaparate para dar a conocer a este lado de los Pirineos los títulos más relevantes del último cine del país vecino, el certamen que dirige Hédi Saïm mantiene su empeño en ejercer de fuente dirigida a los distribuidores españoles.

Así, tal y como se dio a conocer en la presentación de ayer, el plato fuerte de esta nueva convocatoria (con la que el festival, ay, pierde su sana tradición de rendir homenaje a sucesivas madrinas) son los ocho preestrenos que acogerá el Albéniz, entre ellos La taularde de Audrey Estrougo, Je ne suis pas un salaud de Emmanuel Finkiel, A peine j'ouvre les yeux de Leyla Bouzid, la comedia Radin! que protagoniza el icónico Dany Boon y Retour chez ma mère, historia familiar dirigida por Éric Lavaine que devuelve a la gran pantalla a Josiane Balasko. Se trata de una remesa variada en sus registros y públicos potenciales, armada, según apuntó ayer el director de la Alianza Francesa de Málaga, Franck Trouilloud, con la colaboración del Festival Filme Francófono de Angulema. Eso sí, todas las cintas coinciden en tener al frente a directores jóvenes y poco conocidos en España, con lo que el certamen se adjudica igualmente una labor de apertura de caminos para semejantes creadores galos.

Una de las novedades de la nueva edición es el refuerzo de la sección documental, con proyecciones en La Térmica de películas de marcado carácter periodístico como Daesh, el origen del terror, proyecto sostenido durante más de diez años por Kamal Redouani en un tremendo viaje a las raíces del fundamentalismo que desembocaron en el alumbramiento del ISIS; así como Syria, los niños de la guerra,en el que Farouk Atig y Ahmed Deeb dan cuenta de sus experiencias junto a la unidad Ahrar al-Sham del grupo rebelde alzado en armas contra el régimen de Bachar al-Assad.

Una exposición de fotografías de Serge Gainsbourg realizadas por Tony Frank en la sede de la Alianza Francesa y la representación del monólogo La cage en el Contenedor Cultural de la UMA a cargo de Aina Tomàs Martorell completan un paisaje como para dejarse conquistar. Ahora sí.