Fue en febrero de 2011 cuando la casa Durán Arte y Subastas de Madrid celebró una de las salidas a venta más concurridas y con mayor atención recibida en su historia. En aquella ocasión las protagonistas fueron unas mil piezas arqueológicas de la colección privada de Vicente Jiménez Ifergán, un promotor inmobiliario cuya principal pasión es, sin embargo, la presencia material del pasado, vocación a la que vive entregado desde que partió por primera vez a Tierra Santa con 17 años. Jiménez Ifergán ha trabajado desde entonces en el crecimiento de la conocida como Ifergán Gallery, con sede en Rincón de la Victoria, con gran éxito: si en 2011 los fondos ascendían a unas 2.000 piezas (con lo que en la subasta madrileña salió a la venta la mitad de la colección), se estima que Jiménez Ifergán custodia actualmente cerca de 4.000 pertenecientes a todas y cada una de las civilizaciones mediterráneas que se han contado hasta nuestros días. En aquella subasta los interesados pudieron adquirir ánforas griegas, estatuillas egipcias, tablillas sumerias, mármoles y vidrios romanos, cerámicas neolíticas e incluso treinta monedas del siglo I que aparecieron metidas en una bolsa al norte de Jerusalén: suficiente para estimular la más aletargada imaginación. Llevaba ya el coleccionista, sin embargo, tiempo barajando la posibilidad de exhibir el fruto de sus esfuerzos y ayer el Ayuntamiento confirmó que la luz se ha puesto en verde: la Ifergán Gallery, una de las mayores colecciones europeas en su género, se expondrá a partir de 2017 en el mismo centro histórico de Málaga, en un edificio propiedad del mismo Jiménez Ifergán que será rehabilitado para tal uso.

Así lo confirmaron también a este periódico fuentes cercanas al proyecto, quienes indicaron que, si bien la idea del coleccionista es mostrar al público un 10% de sus fondos, el plan museístico está aún por definir. Actualmente, Jiménez Ifergán se encuentra en Luxor como patrocinador privado del proyecto de investigación Visir Amen-Hotep Huy, una excavación dirigida por Francisco J. Martín-Valentín y Teresa Bedman en la tumba del visir, que fue gobernador de Egipto durante los reinados de Amen-Hotep III y Amen-Hotep IV (luego Aj-en-Aton), hacia el año 1360 antes de Cristo. Se trata de la mayor necrópolis tebana, en la que los arqueólogos, en gran parte malagueños, ya encontraron varios sarcófagos, si bien los trabajos siguen adelante. Precisamente, hace unos días Jiménez Ifergán recibió en Luxor al concejal malagueño de Turismo, Julio Andrade, quien se desplazó a Egipto con motivo de la Cumbre Mundial de Turismo Urbano. La visita resultó harto significativa y da buena cuenta del interés del Ayuntamiento puesto en este proyecto. Las mismas fuentes señalaron que, en principio, será en la próxima edición de Fitur, en enero, cuando el Consistorio firme el convenio de colaboración con Jiménez Ifergán; pero, en todo caso, insistieron en que la inversión económica correrá a cargo del mismo coleccionista, propietario tanto de las piezas como del edificio. La participación municipal (así como, previsiblemente, la de la Universidad de Málaga, que también ha mostrado su interés en la iniciativa y también colabora en el proyecto Visir Amen-Hotep Huy) se concretará en la organización de actividades, conferencias y congresos que contribuyan a contextualizar la colección arqueológica.

Respecto a las susceptibilidades patrimoniales que puedan despertar un proyecto de estas características, las mismas fuentes recuerdan que Jiménez Ifergán promueve numerosas excavaciones con la colaboración de distintas universidades y que todas y cada una de sus piezas, adquiridas en su mayor parte en grandes subastas, cuentan con la debida documentación de la Unesco. Con su propio Museo Arqueológico a la vuelta de la esquina, Málaga parece disponer de otra ventana para asomarse al pasado, más o menos remoto, y extraer conclusiones al respecto. Nunca será tarde.