Cultura

"Hoy los que hacen hip hop dan más batalla social que los cantautores"

  • El consolidado cantautor gaditano llega esta noche a la sala La Botica de Málaga para repasar sus cinco discos y parte del próximo que comenzará a grabar este verano

Su cuna está en el sur, su apellido reside en Marruecos y su sonido no responde a una sola etiqueta. Carlos Chaouen (Cádiz, 1974) lleva 20 años cultivando una música de autor que convence en sus letras y descubre otros moldes en sus melodías. "Si abrimos el campo de lo que sería hoy un cantautor, está claro que lo soy", sentencia como ejemplo de un género "que también evoluciona" y que se escapa del tradicional tempo y compromiso social al que ha estado asociado. "Muchos no trabajamos con esa estructura ni con esa letra", matiza. Hoy quienes se acerquen a La Botica (detrás de la Catedral) podrán comprobar, junto a piano y percusión la validez de su propuesta.

-¿A qué sonará su nuevo disco?

-Quiero empezar a grabar a finales de verano. El repertorio está casi entero. Las letras van a ir un poco por el mismo lado pero va a ser más sureño que los anteriores en la melodía y menos eléctrico que el último, Horizonte de sucesos.

-¿Cuando habla de sureño incluye el flamenco o le queda grande?

-El flamenco me encanta pero para hacerlo hay que ser flamenco, lo otro es meterse en camisa de once varas. Ya me gustaría. Pero me salen cosas con ese aire y por eso me gustaría recuperar los timbres, sobre todo en los instrumentos.

-¿Vuelve a asumir la producción?

-En este nuevo disco la producción está compartida. No es que me haya arrepentido de hacerlo yo sólo, en el último disco, pero echaba de menos compartir esa responsabilidad, y contar con alguien con más criterio y experiencia. El mismo material se lo das a varios productores y sale otro disco con otro sonido y concepto, es algo inevitable.

-¿El término cantautor está desvirtuado?

-Las etiquetas se pervierten, no gustan porque dejan más cosas fuera de las que definen. Mucha gente asocia el término a un tipo de letras sociales y a una musicalidad un tanto coñazo. Y yo he hecho muchas cosas que se salen de eso.

-Serrat, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés... ¿son en parte los culpables de ese etiquetado?

-Les tocó vivir un momento social no se si más comprometido pero sí más verbalizado. Ellos son un poco los jefes de esa etiqueta y la gente joven la asocia a estos mastodontes, que está claro que son los maestros. Pero ha pasado mucho tiempo, 30 años en algún caso. La música cambia y las realidades de la gente que hace esa misma música es distinta.

-Hablar entonces de canción protesta no tiene sentido...

-Los que hace hip hop están dando más batalla social que los cantautores de ahora. No sé por qué, el caso es que ahí si se ve más contenido de a pie de calle, de expresar la rabia a través de la música.

-Sigue siendo necesario...

-Es imposible de evitar, la música es un modo de expresión, siempre habrá realidades que expresar, siempre hay gente pasándolo mal y que se les trata injustamente.

-¿Todo cantautor tiene que amar la poesía?

-La poesía debería gustar para cualquier tipo de música, no sólo para esta. Es verdad que hay cierta tradición de cantautores más literatos que músicos, que se preocupan más del texto que de la música, a veces en exceso.

-Estudió la carrera de Psicología y tiene un máster en psicoanálisis, ¿le viene bien a su música?

-Tanto componer como tocar en directo me sirve de catarsis de autoanálisis. Limpia mucho. La música te salva un poco de volverte loco. La recomiendo (risas).

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