Cultura

La OFM pone en marcha la Joven Orquesta Barroca de Andalucía

  • El proyecto, de carácter pedagógico, se establece para un grupo de veinte alumnos con seis encuentros durante dos años y arrancará en el próximo Festival de Música Antigua

Para que la cultura ocurra, la formación es absolutamente necesaria. Y en el mundo de la música, Málaga arrastra lagunas endémicas que a duras penas se consiguen superar. A menudo, a los programas impartidos en el Conservatorio Superior de Música se les achaca una excesiva atención al Clasicismo y un soslayo injusto a las expresiones sonoras de otras épocas en las que estética, instrumentos y técnicas son bien distintas. De esta manera, quien quiere profundizar en el conocimiento del Barroco una vez concluido el Grado Superior, por lo general no tiene más remedio que buscarse la vida por su cuenta. Ahora, la Orquesta Filarmónica de Málaga (OFM) ha decidido intervenir en este desequilibro con el anuncio de un proyecto largamente acariciado que finalmente ve la luz: la puesta en marcha de la Joven Orquesta Barroca de Andalucía (JOBA), una iniciativa de carácter eminentemente pedagógico que permitirá a un grupo de jóvenes instrumentistas introducirse, previa selección a través de las audiciones pertinentes, en el lenguaje musical del Barroco hasta llegar a su pleno dominio.

El funcionamiento de la JOBA se establece a la manera de un selecto proceso de masterclasses. Cada dos años se abrirán las convocatorias para los aspirantes que deseen formar parte del proyecto, y los seleccionados participarán en seis encuentros durante dos años con profesores de primer nivel, a cuyo término se celebrará un respectivo concierto a modo de demostración. La primera convocatoria se abrió recientemente para un total de veinte plazas (cinco violines I, cinco violines II, cuatro violas, tres violonchelos, dos contrabajos y dos claves), dirigida a jóvenes músicos de entre 15 y 25 años, y hasta el momento la OFM ha recibido 57 solicitudes de inscripción (cinco claves, once violas, 33 violines, siete violonchelos y un contrabajo), según informaron fuentes de la propia orquesta. Tras las audiciones que se celebrarán en los próximos días y la definitiva selección, el primero de los seis encuentros para este grupo se celebrará del 25 de junio al 3 de julio de este año, en el marco de la próxima edición del Festival de Música Antigua.

La sede principal de estos encuentros será la Sala María Cristina, que acogerá a su vez el concierto final de cada uno de ellos. Durante estos días, los alumnos trabajarán con profesores de diversos conservatorios y orquestas españolas como Arantxa Montoya (violín y danza histórica), Enrique Campos (viola), Urko Larrañaga (violonchelo y contrabajo), Pilar Montoya (continuo), Juan Bautista Llorens (Teoría de la interpretación) y Pedro Ariza (Yoga), además de los maestros de la OFM Juan Antonio López, José Antonio Gonzaga, Pedro Cusac y Antonio Lozano, miembros del grupo In Modo Antiquo. De hecho, tal y como apuntó el gerente de la OFM, Juan Carlos Ramírez, uno de los objetivos de este proyecto es ganar para el Festival de Música Antigua un segundo grupo estable, con presencia continua en todas las futuras ediciones junto a In Modo Antiquo. Este primer encuentro contará con la dirección artística de la citada Pilar Montoya, profesora de clave en el Conservatorio Superior de Salamanca, y su contenido estará dedicado al estudio del concerto grosso y consagrado a obras de Corelli y Geminiani, que luego integrarán el repertorio del concierto en la misma Sala María Cristina que supondrá el colofón a este primer encuentro. Los cinco restantes se celebrarán hasta la Semana Santa de 2012. En cuanto a los directores artísticos previstos para futuros encuentros, la nómina incluye, entre otros, a Amandine Meyer (profesora de violín barroco en el Conservatorio de Oporto), Enrico Gatti (profesor de violín barroco en la Civica Scuola di Musica en Milán), Mira Glodeanu (profesora de violín barroco en el Conservatorio de Bruselas) y Rachel Podger (profesora de violín barroco en el Conservatorio de Copenhague).

Para la definición de este proyecto, la OFM ha optado por una convocatoria a nivel andaluz con el fin de articular la formación en el Barroco con las ocho provincias como marco común. Se trata de una consideración también novedosa, ya que, si bien Andalucía cuenta ya con otras orquestas barrocas, éstas están por lo general adscritas a determinadas ciudades o a sus orquestas sinfónicas. Sin embargo, la principal beneficiada a cuenta de la iniciativa será Málaga, como sede indiscutible y también como escaparate de todos los progresos que se vayan logrando en el seno de la JOBA. Las consecuencias de este proyecto pueden llegar a ser ciertamente jugosas: ampliación de repertorios de las orquestas sinfónicas, aparición de nuevos festivales y una proyección decisiva de la música antigua. Más música, en fin, significa más riqueza.

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