la esquina

José Aguilar

Un tajo en Ronda

EL dirigente político que por mero afán de poder a corto plazo busca a un tránsfuga vocacional y subastable no sólo revela un concepto mercantilista de la política y desafía la mínima ética que le es exigible, sino que se va cavando la fosa de su propio descrédito y va poniendo en almoneda su liderazgo.

Es lo que le está pasando al secretario general del PSOE de Málaga, Miguel Ángel Heredia, tras la detención del ex alcalde de Ronda, Antonio Marín Lara, Toti, un hombre tan apegado al sillón como despegado de las siglas y que para mantener el primero ha coqueteado sucesivamente con todos los partidos rondeños. Finalmente, Heredia le abrió con clarines y trompetas las puertas del PSOE, al que se pasó siendo alcalde andalucista en 2009 sólo porque creía que con el socialismo seguiría en la Alcaldía. Las elecciones del 22 de mayo arruinaron su sueño de permanencia.

Se equivocó Toti al apostar por el caballo erróneo (también el ganador, el PP, había intentado ficharle). Se equivocó, sobre todo, el máximo líder provincial del PSOE, como explicó ayer perfectamente en su Prisma de Málaga Hoy Javier Gómez (Quien con tránsfugas se acuesta...), al echarse en brazos de un tránsfuga que ya había traicionado a los socialistas rondeños en 2004 al presentarles una moción de censura junto al PP y los gilistas y cuya última pirueta política -la del salto del PA al PSOE en 2009 ya citada- le valió la etiqueta oficial de tránsfuga colocada por la Mesa Antitransfuguismo que presidía... Manuel Chaves, vicepresidente del Gobierno y jefe orgánico de Heredia y de Marín Lara. No le hicieron caso, el segundo para sumar un ayuntamiento más a sus filas y el primero para colmar su ambición ilusa de continuar como alcalde de la ciudad.

Hasta que llegan -tarde, pero llegan- la Policía Nacional y la Fiscalía Anticorrupción y detienen al ex alcalde, a tres de sus concejales y a tres personas de lo que podríamos denominar "la otra parte contratante" (en estos casos se da y se recibe a la vez) por los cinco presuntos delitos que integran la auténtica delantera futbolística de la corrupción española: cohecho, malversación, tráfico de influencias, prevaricación y falsedad documental, más un suplente que suele jugar en el urbanismo corrupto, que es el blanqueo de capitales. A Heredia le coge la noticia el mismo día en que acompañaba a la ministra y candidata Trinidad Jiménez a una fábrica de embutidos, como una metáfora cruel con la que la realidad le pasa la factura de su oportunismo y su falta de principios.

A Marín Lara le espera un calvario judicial y el certificado de defunción como político en activo. A Heredia sus muchos enemigos dentro del PSOE buscan expedirle el suyo. Se lo anda buscando.

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